Baile es un perro que llegó a recibir atención por primera vez, su dueña durante la pandemia no ha tenido recursos para llevarlo al veterinario.
“Es supergenial porque en esta época de pandemia no se tiene plata ni nada; es una oportunidad superchévere”, dice la mujer.
Para evitar abandonos y poder atender a estas mascotas, la Alcaldía de Pereira implementó el Sisbén para perros y gatos de estratos cero uno y dos, un proyecto que se ejecuta en el Parque Ukumarí.
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“Para que puedan tener consulta veterinaria gratuita, esterilización, vacunación y desparasitación”, explicó Sandra Milena Correa, gerente de Ukumarí.
La medida generó controversia. Para algunos, los 300 millones que se invierten en proyecto deberían destinarse a personas sin servicios de salud.
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“Uno ve las colas de la gente que está en el régimen subsidiado, los problemas de atención, la crisis hospitalaria, la necesidad de una mayor inversión en la salud pública es necesaria y el municipio tiene una función primordial en los niveles uno”, explica el veedor ciudadanos Carlos Alfredo Croswaite.
Sin embargo, para otros, es un programa necesario por salud pública.
Así lo sostiene Steven Cárdenas, concejal de Pereira: “Tenemos una población estimada de 12.000 entre perros y gatos callejera o población que se puede ver beneficiada (…) lo que hay que considerar es que una sociedad se tiene que medir en cómo respeta cualquier expresión de vida no sólo a los humanos sino también a los seres sintientes”.
En las calles las opiniones están divididas.
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El Sisbén de mascotas además busca identificar el número de mascotas qué hay en la ciudad y aumentar las esterilizaciones.
Los habitantes de estos estratos se deben inscribir en las corregidurías e inspecciones de policía para tener el servicio.
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