Esta persona encontró en internet a un vendedor que le ofreció la consola. El pacto era pagar la mitad para asegurar el envío y, después de obtener el producto, cancelar el resto de la factura.
Cuando la víctima hizo la transacción, el supuesto comerciante se desapareció. Lo bloqueó en las redes sociales y tampoco le contestaba el teléfono.
Pese a esto, el paquete llegó por una empresa de mensajería. Aunque la caja y el peso se asemejaba a las dimensiones, el joven afectado descubrió que dentro no había más que baldosas de construcción.
Otra mujer, que reserva su identidad, descubrió un perfil de Instagram en el que ofrecían celulares. A ella le generó confianza la cantidad de seguidores y los buenos comentarios, pero todo fue una fachada porque finalmente no le respondieron por el equipo y mucho menos por el dinero que había consignado.
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Estos casos reflejan el oportunismo de ciberdelincuentes que se aprovechan de las personas que, por la pandemia, solo encuentran ciertos productos en línea o simplemente prefieren no salir de casa.
Para hacer frente a esta situación, el coronel César Castro, comandante de la Policía de Cundinamarca, entrega recomendaciones como desconfiar de los links de dudosa procedencia, “que no son producto de su actividad cotidiana”.
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Tampoco acceda a redes wifi gratis y mucho menos descargue aplicaciones desde esa red.
Aunque hay páginas con muchos seguidores, desconfíe si estas tienen los comentarios desactivados, si no ofrecen ubicación o cómo contactar.