Durante la Semana Santa, las imágenes de largas filas para ingresar al municipio de Salento, en Quindío, se hicieron comunes. Es que hasta 1.500 vehículos ingresaron a la localidad en una hora, muchos de ellos hasta el Valle del Cocora. Especialistas ambientales advierten que el turismo sin control afecta el ecosistema.
“Está afectando y no solamente la biodiversidad, estamos hablando del suelo, estamos hablando del recurso del agua y todo esto se está viendo afectado. Entonces, sí hay un inconveniente”, declaró Johan Carvajal, profesional ambiental de la Alcaldía de Salento.
En la vereda Cocora, a 2.550 metros sobre el nivel del mar, una zona donde se produce al menos el 65% del agua que se consume en varios municipios quindianos, pero, a pesar de esa importancia estratégica, ni autoridades municipales ni empresarios del turismo han podido coincidir una fórmula que permita generar un equilibrio entre el medio ambiente y la economía turística.
"No es que los estemos persiguiendo, estamos defendiendo algo que es de todos, de ustedes y de nosotros también. Siempre lo he dicho, es un santuario, es algo que no podemos violentar ni seguir destruyendo", manifestó la alcaldesa de Salento, Beatriz Díaz Salazar.
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La opción que queda es que la Corporación Autónoma Regional del Quindío defina un plan de manejo para la cuenca que surte el río Quindío y también un estudio técnico de capacidad de carga del Valle del Cocora.
"Se viene estructurando los términos de referencia para reformular y ajustar el Plan de Manejo del Distrito Regional de Manejo Integrado, DRIM, de Salento. Se contratará el estudio de capacidad de carga", afirmó José Manuel Cortés, director de la Corporación Autónoma Regional del Quindío.
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Se espera que con el instrumento de planeación ambiental se evite un daño ecológico irreversible a esta importante zona del paisaje quindiano.