Barranquilla, que tiene ley seca desde las 6:00 p.m. del día sábado 13 de febrero hasta las 5:00 a.m. del lunes 15 de febrero, y tiene toque de queda, ha sido escenario de 167 fiestas clandestinas pese a las restricciones.
El general Diego Rosero, comandante de la Policía Metropolitana, advirtió que más de 1.500 hombres y mujeres vigilan la ciudad con el fin de evitar “que haya aglomeraciones de personas”.
Las autoridades insistieron que por el COVID-19 las fiestas tradicionales del Carnaval de Barranquilla no se realizarán porque “la vida está por encima de todo”, según las palabras del alcalde Jaime Pumarejo.