Lo que parecía ser una faena de pesca tranquila y muy productiva en el cayo Quitasueño, a 110 millas de San Andrés , terminó siendo para varios pescadores una de las experiencias más peligrosas y humillantes en altamar, debido al asalto a mano armada en horas de la madrugada por parte de pescadores nicaragüenses.
“Aparecieron unos individuos nicaragüenses a atracarnos. Nos abrieron la puerta del barco, entraron y nos sacaron allí humilladamente”, relató Loreto Norales, capitán del barco asaltado.
Cuentan los pescadores que la intención era dejarlos encerrados en el cuarto frío. “Entonces vino uno de ellos, hizo dos disparos, como para meternos presión, y abrió el cuarto de frío y nos dijo 'métanse al cuarto de frío'”, agregó Norales.
Cinco motores fuera de borda, equipos de navegación y comunicación, más la pesca, fueron robados de este barco, dejando pérdidas de aproximadamente 400 millones de pesos.
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“Se llevaron 46 bolsas de cola de langosta y siguieron intimidados, miraron los motores con los que estábamos trabajando y se los llevaron”, agregó Gabriel Banquez Martínez, pescador asaltado.
Ante estos hechos, los pescadores y propietarios de embarcaciones le hacen un llamado a las autoridades para que les garantice la seguridad en los cayos.
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“Es crónica de una muerte anunciada, gracias a mi Dios no pasó a mayores. Ya hay pruebas, ya se le ha dicho que los nicaragüenses se tomaron Quitasueño”, manifestó Cristian Harvey, propietario del barco asaltado.
Por su parte, la Armada Nacional manifestó que ya notificó este hecho ante las autoridades pertinentes por una posible violación de frontera.