Por esta razón 1.646 personas vivían de la pesca y alrededor de cuatrocientos hombres trabajaban en minería aseguran estar afectados.
Uno de ellos es Yeison Muñoz, quien se levantaba todos los días a las 5:00 de la mañana para ir a pescar al río y así sostener a los integrantes de su familia.
Se podía ganar entre 100 mil y 120 mil pesos por las ventas que hacía en la carretera.
Pero “desde que el río se secó, de dónde vamos a pescar, a quien le vamos a vender si ya no pasan carros, entonces es un perjuicio demasiado grande el que nos tiene”, manifestó Yeison.
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Don Fabio Betancur es minero y aún conserva en una pequeña bolsa tres granos de oro que logró sacar del río antes de que le ordenaran evacuar.
Hoy sus manos evidencian más de 30 años de trabajo en los orillas del Cauca.
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Don Manuel Martínez también conserva en su billetera la factura del último pago que recibió por la venta del oro que sacó antes de que el río arrastrara sus herramientas de trabajo.
Con ellas, después de pasar horas en el río con picas, cajas y palas, podían obtener entre 70 mil y 100 mil pesos por la venta de oro.
Antes de la emergencia, en el Bajo Cauca 1.646 personas vivían de la pesca, mientras que alrededor de 400 hombres llegaban diariamente al río en Puerto Valdivia para realizar trabajos de minería.