En Villavicencio tuvo lugar una escena conmovedora durante las honras fúnebres de un soldado profesional. Su perro , con el que compartió múltiples misiones, no se despegó ni un minuto del ataúd.
En medio de honores militares fue despedido el soldado profesional Andrés Mauricio Vargas, quien falleció a sus 33 años luego de una fuerte afección respiratoria.
Pero en la ceremonia de despedida había un asistente inusual, Rocki, un perro que él entrenó y con quien compartió misiones en San José del Guaviare durante los últimos 6 años.
“Rockie era su hijo, Rockie era su bebé, él prefería estar con su perro que estar con otras personas", cuenta Sharon Theran Vargas, prima del uniformado.
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Sin embargo, la muerte inesperada del soldado Vargas tomó por sorpresa a su familia tanto en casa como en el Ejército y también a su fiel amigo Rocky, que por varias horas estuvo sentado junto al ataúd de su amigo humano.
"En el sepelio, el perrito lo acompañó a todo momento, incluso se acercó al vehículo donde estaba mi primo", agregó Sharon.
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Ya en el cementerio, el animal caminó junto a los restos de su amo, una muestra de lealtad hacia su cuidador, compañero y amigo.
El legado del soldado Vargas ahora será para su familia, que espera adoptar al labrador en un par de semanas, cuando Rocki se jubile y regresa a su hogar.