Por medio de una carta de la Federación Nacional de Departamentos, gobernadores de Colombia cuestionaron la relación que tienen con la Casa de Nariño, asegurando que “sentimos cada vez más agotados los canales de comunicación con el Gobierno Nacional para lograr que se escuche la voz de las regiones. Lo anterior es fundamental para tomar decisiones efectivas que permitan frenar el accionar de las organizaciones criminales que se han fortalecido en los territorios al amparo de las improvisaciones y vacíos de la paz total”.
El gobernador del Meta, Juan Guillermo Zuluaga, indicó que “la política de paz total va por mal camino, no hay política de seguridad y además no hay ningún tipo de comunicación con los gobernadores ni con la mayoría de los alcaldes en Colombia”.
Los gobernadores señalan que la situación de orden público se ha degradado a tal nivel que incluso hoy las carreteras del país están asediadas por la criminalidad, secuestros y otros hechos que afectan a la población civil.
Darío Alexander Chávez, gobernador (e) de Nariño, hizo una petición a los grupos armados: “La demostración de la paz se hace con hechos”.
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Los gobernadores reiteraron que es clamor de la ciudadanía que les garanticen la seguridad en las regiones. Clara Luz Roldán, gobernadora del Valle del Cauca, señaló que “ojalá que el presidente entienda que es un clamor, como yo le he manifestado, es un clamor no del departamento, sino de los ciudadanos; no es de los gobernantes, es de todos los vallecaucanos pidiendo el tema de seguridad”.
“Los departamentos y municipios vemos con desesperanza la actitud del Gobierno Nacional de hacer oídos sordos. A pesar de nuestros llamados, nuestra voluntad de articulación, nuestros intentos de trabajo en equipo, la única respuesta ha sido una actitud de desconocimiento a las autoridades territoriales y locales y al rol de voceros institucionales legítimamente elegidos por el pueblo”, se indica en otra parte del comunicado de la Federación Nacional de Departamentos.
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Los líderes regionales hacen un llamado, además, a que se arreglen las fallas en el diseño e implementación de la paz total, pues los grupos armados lo están aprovechando como estrategia para aumentar su capacidad de daño y destrucción.