Las familias del Bajo San Juan que iban a abastecerse en Istmina, tras el anuncio del paro armado del ELN no pudieron hacerlo, debido a que el Clan del Golfo también impuso la restricción de movilidad en los ríos San Juan, Sipí y Cajón, desde este viernes, 8 de noviembre.
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Yober Cuesta, personero de Istmina, manifestó que estas alteraciones al orden público “pueden generar hambre en las comunidades y también la imposibilidad que ellos puedan acceder a la atención en salud”.
Cuando se movilizaba por el río Sipí con otras cuatro personas, la defensora de derechos humanos Elizabeth Moreno Barco quedó en medio del enfrentamiento del ELN y el Clan del Golfo.
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“Se forma una fuerte balacera a raíz de los enfrentamientos que se están viviendo en el territorio, y es así como las personas que venimos en la embarcación quedamos bajo el fuego cruzado”, relató Moreno.
De las 45.000 personas que estarán confinadas indefinidamente en los municipios de Medio San Juan, Istmina, Nóvita, Sipí y El Litoral del San Juan por el paro armado, más de 7.000 son damnificadas de la ola invernal.
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“Los organismos de socorro requieren movilizarse en la zona para verificar las afectaciones y el paro armado impedirá que las comunidades reciban este apoyo”, explicó Iris Marín Ortiz, defensora Nacional del Pueblo.
Por su parte, monseñor Mario de Jesús Álvarez dijo que “el frente occidental del ELN normalmente está imponiendo un paro armado que no es sino un atentado contra el derecho internacional humanitario”.
Este es el tercer paro armado del ELN en lo que va del año en el Bajo San Juan.
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