Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Publicidad

Para reencontrarse con su mamá biológica, esta mujer viajó de Países Bajos a Popayán

Tuvieron que pasar 29 años para que Érika Muñoz pudiera reunirse con su mamá biológica. Aunque no hablan el mismo idioma, las dos mujeres se expresaron todo su amor con abrazos y besos. Esta es la historia.

Desde Países Bajos, en Europa, hasta Popayán, capital del Cauca, viajó una mujer de 29 años para poder reencontrarse con su mamá biológica y su hermana. Fueron más de cuatro años de búsqueda para volver a encontrar a sus seres queridos.

Esta historia es protagonizada por Érika Muñoz. Aunque su pasaporte dice Países Bajos, sus raíces están en Popayán. Precisamente, en esa ciudad logró encontrar a su mamá biológica.

Una mirada y un abrazo eterno fueron suficientes para que estas dos mujeres unieran sus corazones de nuevo, reconstruyeran ese vínculo que solo una madre y una hija pueden tener.

Siento en el corazón, siento dolor porque se perdió tiempo, pero también es muy feliz este momento”, aseguró Érika, que no habla español.

Pese a no comprender la lengua, sus gestos de amor fueron suficientes para comunicarse con su mamá y hermana.

Publicidad

Está difícil la comunicación. Siempre dentro de mí esperé algún día volverla a encontrar, poderla ver, poderle decir por qué sucedieron las cosas”, manifestó Rosa Tamayo, mamá biológica de Érika.

Por otro lado, Liliana Tamayo, la hermana de Érika, aseguró que su corazón le decía que ella tenía a otra hermana. “Encontrarla, o que ella nos haya buscado, fue un gesto muy lindo”, aseguró.

Publicidad

La artífice de este reencuentro fue Marcia Ángel. Ella ayuda a las personas a que puedan volverse a ver con sus seres queridos.

“Yo me siento feliz, porque cuando no encontré a mi familia no quería vivir, buscarla fue muy importante. También pensé que es muy importante que otra gente con la misma historia y que necesita ayuda se reencuentre”, aseguró Ángel.

Tras ser dada en adopción a los 14 meses de nacida, Érika buscó por cielo y tierra a su mamá biológica. Tras atravesar el mundo se volvieron a encontrar. El vínculo entre ambas es tan fuerte que no necesitan hablar el mismo idioma para decirse cuánto se aman.

  • Publicidad