El padre Darío Echeverri, párroco del Voto Nacional durante 17 años y secretario de la Comisión de Conciliación Nacional, habló de la labor de la iglesia en tiempos de pandemia, además de lo que, en su opinión, ha pasado tras la firma de los acuerdos de paz.
Colombia estuvo consagrada el Sagrado Corazón de Jesús y en su honor se construyó la basílica del Voto Nacional, un símbolo del fin de la guerra de los mil días y también de reconciliación.
Pocos conocen el templo, que se mantiene en un bajo perfil a pesar de su importancia en lo político y religioso en la historia del país.
Y así es su párroco Darío Echeverri, de la comunidad de los Claretianos, que trabaja en silencio por las comunidades y hace hasta lo divino y humano por sacar adelante los temas más importantes de la agenda nacional: la paz y la reconciliación.
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Esto dijo en entrevista con Noticias Caracol:
¿Cómo le ha ido en tiempos de confinamiento, cómo está su salud?
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Bien, soy un afortunado. Me trato de cuidar, pero no olvido la gente, me acerco a ella.
Estos tiempos de pandemia han empobrecido aún más a este país. Hay desempleo, hambre, falta de esperanza, ¿qué hacer desde la Iglesia para superar esta inequidad tan marcada que hay en Colombia?
Nosotros, los seguidores del tal Jesucristo, no podemos seguir siendo indiferentes, no. Nos tiene que doler el dolor del necesitado. Y Él, resucitado, nos impone la obligación de no seguir siendo lo mismo que éramos, de ser distintos, respetuosos del que nos necesita, defensores de la justicia, de la equidad. Eso es algo que surge desde la celebración del resucitado y de su presencia entre nosotros.
¿Cuál ha sido el aporte de la religión, de la fe, en tiempos de pandemia?
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La esperanza. Detrás del que padece el coronavirus hay mucho dolor, los hospitales están llenos, pero los hogares están más llenos de aquellos que por temor al coronavirus van perdiendo las ilusiones, las esperanzas. El gran desafío es podar contagiarles, compartirles, decirles que no podemos perder la esperanza y esto va a cambiar.
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Estamos en el Voto Nacional y aquí han confluido dos poderes muy importantes: el político y el religioso, pero también la paz y la reconciliación, y usted ha sido muy activo en estos dos últimos. ¿En este momento Colombia ha dado pasos atrás después de la firma del acuerdo de paz?
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El Hospital Militar te da la respuesta. Antes, un diciembre en el hospital militar implicaba visitar 900 mil soldaditos lisiados. Hoy en día encuentras 10 o 20. Esa es una respuesta cuantitativa. Pero se firmaron los acuerdos, pero estamos en deuda grande al mirar una Colombia reconciliada, y sin reconciliación no hay paz, aunque se firmen acuerdos.
Ya se está calentando la campaña presidencial. ¿Qué presidente necesita y se merece Colombia?
A este templo del Voto vinieron presidentes liberales y conservadores, y desde aquí consagraron al país al Corazón de Jesús, pero por encima de eso, por encima de liberales, de conservadores, de derecha, de izquierda. Yo creo que Colombia necesita un presidente, hombre o mujer, pero a quien le duela el pueblo.
Para el padre Darío, la restauración física del Voto Nacional debe estar en la agenda nacional y la restauración de la paz debe hacer parte de la agenda de todos los colombianos.
Que ricura una bendición para Colombia que salga del Voto Nacional y que le diga a Colombia, que en los corazones de los colombianos, en el hogar de los colombianos, que no falte el pan, que no falte el amor, que haya espacio para el perdón, que haya espacio para Dios.
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