En Villavicencio, Julio Zuluaga padece desde hace 15 años de esclerosis lateral amiotrófica y le pide a Martha Sepúlveda , paciente en Medellín, que clama por la eutanasia a que desista de su decisión.
A pesar de estar postrado en una cama, con oxígeno y conectado a un respirador artificial, Julio lucha contra esta enfermedad. Cree en Dios y dice que nunca ha pensado en una muerte asistida.
“Me aferro a la vida porque amo la vida, amo a mi familia, a mis amigos. Tengo tantas razones para vivir que no quiero morir sin haber dejado un legado y una historia para compartir”, expresó Julio Zuluaga.
Julio solo puede mover la mano derecha, esa con la que escribió un libro de poesía, y con la que le juró amor eterno a su esposa hace 30 años. Con su voz cansada, le suplica a Martha Sepúlveda, quién quiere practicarse la eutanasia, a que desista de esa idea.
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“Llénese de motivos para amar la vida doña Marta, hay mucha gente que la quiere y que espera mucho de usted, así no la conozca doña Marta, por favor no lo haga, espere, no es el momento de hacerlo y pídale a Dios”, manifestó Julio.
Aunque parezca mentira, Julio es el alma de la familia Zuluaga Rodas. Sus tres hijos, tres nietos y sus ganas de luchar contra la enfermedad los mantienen más unidos que nunca.
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“Julio para todos nosotros es como la carga de energía que necesitamos a diario porque yo puedo estar de bajo ánimo, como dice el de baja nota, y llegó y habló con él y como que lo llena de energía y a seguir adelante. Vean la situación en la que él está”, declaro Janeth Rodas, esposa de Julio.
Este escritor no juzga a Martha Sepúlveda por su decisión de terminar su paso por éste mundo, pues conoce el dolor de la enfermedad. Sin embargo, espera que su mensaje llegue al corazón de Martha y ella encuentre fuerzas para seguir luchando.
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