El asesinato de Carlos Mauro Hoyos es otro de los crímenes que retumban en el ataúd de Pablo Escobar Gaviria, el cruel jefe del Cartel de Medellín y uno de los asesinos más sanguinarios que ha conocido el mundo.
El 25 de enero de 1988, en la vía que comunica a Medellín con el aeropuerto José María Córdova, diez delincuentes armados interceptaron el vehículo del procurador general de la Nación. Tras acribillar a su escolta y a su conductor, secuestraron al funcionario.
El capo, convencido de que doblegaría a Colombia, ordenó plagiar a Carlos Mauro Hoyos porque este estaba a favor de la extradición de los narcotraficantes.
El procurador fue llevado herido a una finca del oriente antioqueño. Allí, ante la presión del Ejército, alias Popeye lo asesinó de tres tiros.
Esposado y vendado, fue dejado en un paraje boscoso. Los asesinos tuvieron la sangre fría para llamar y avisar el sitio donde habían abandonado el cadáver.
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Las imágenes se difundieron por los noticieros. Angustiado y adolorido, el país comprobaba que estaba enfrentando a un verdadero monstruo llamado Pablo Escobar Gaviria.
Carlos Mauro Hoyos es un mártir más de esta patria adolorida llamada Colombia.
Este domingo, en #EspecialesCaracol, el canal emite un gran reportaje llamado '500 días de Escobar, la vertiginosa caída del capo', el cual relata los últimos momentos de este desalmado asesino.
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