Hasta la zona del Catatumbo llegó Diego Molano junto a los comandantes del Ejército y la Policía en Norte de Santander, para liderar un consejo de seguridad luego de la masacre en Ábrego de cinco hombres que se encontraban departiendo en un billar.
Según el ministro de Defensa, en el sector hay "unas disputas entre grupos narcocriminales, como son el ELN y Los Pelusos, donde ha habido amenazas entre uno y otro y por supuesto las investigaciones determinarán quiénes son los responsables. Lo que sí ha sido aparentemente mencionado es que existen o existieron personas que aparentemente pertenecían a la organización de Los Pelusos que estaban en este sitio".
Molano anunció “una recompensa de hasta 50 millones de pesos a quienes suministren información que conduzca a la captura de autores materiales de este homicidio que se presenta en la vereda de Oropoma”.
Las víctimas mortales fueron identificadas como Robinson Garay Barbosa, Jesús Alberto Vega, Heimer Ortiz Ballesteros, José Luis Vega Plata y Winton Parada Puentes.
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Eran "personas ahí de la vereda, del sector de Los Llanitos, de Oropoma, por los apellidos son familias de la zona, mi solidaridad, mis más sentidas condolencias para estas familias", manifestó Juan Carlos Jácome, alcalde de Ábrego.
Por medio de su cuenta de Twitter, la representante en Colombia de la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos condenó la masacre e hizo un llamado a las autoridades para que investiguen y sancionen a los responsables.
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Región convulsa
La Defensoría del Pueblo emitió en junio de 2019 una alerta temprana para el municipio de Ábrego, por la "probabilidad de que se reactiven los enfrentamientos armados entre las guerrillas del ELN y el EPL", por disputas territoriales y el deseo del último grupo de retomar antiguas posiciones que eran "epicentro histórico de su accionar".
Por estos hechos, se alertó de la probabilidad de desplazamientos forzados, homicidios selectivos y múltiples, amenazas, desaparición forzosa y reclutamiento de niños y niñas, entre otras.
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU Derechos Humanos (ACNUDH) documentó, hasta el 22 de febrero, seis masacres en lo que va de año, con 21 víctimas, incluidas dos menores de edad, y está verificando otras cinco más.
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Por su parte, organizaciones como Indepaz contabilizaron en lo que va de año 16 masacres con un total de 64 víctimas.
En 2020 se produjeron 76 masacres en Colombia, en las que fueron asesinadas 292 personas, incluyendo 6 niñas y 18 niños, según las cifras del informe de ACNUDH, lo que supone casi el doble de las cometidas en 2019.
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Además, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) alertó a finales de enero de que estábamos ante el comienzo de año más violento desde la firma de paz en 2016, con un crecimiento de los enfrentamientos armados entre organizaciones criminales y el Ejército, y una masacre cada cuatro días.