Tras una visita a las comunidades en el Chocó, la Iglesia católica calificó como grave la situación en el departamento, debido al aumento de la violencia al punto que sus habitantes se encuentran secuestrados en sus casas víctimas de la extorsión.
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Es que las cifras muestran la difícil situación y el olvido del Estado en este departamento.
“El año pasado, el 72% de la población chocoana estaba en riesgo. Hoy, en el mes de febrero, el 77% de la población chocoana estaba en riesgo por la violencia, según la Defensoría del Pueblo y sus alertas tempranas; entonces, necesitamos que realmente haya empatía social del gobierno hacia los territorios”, indicó monseñor Juan Carlos Barreto, obispo de Quibdó.
La Iglesia le pide al presidente Duque asumir la situación de inseguridad de los territorios.
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“Están los grupos armados avanzando territorialmente, dominando el territorio, imponiendo su reglamento, reclutando menores , amenazando a líderes y comunidades, instalando minas antipersonales, causando desplazamiento y confinamiento. Pedimos una reunión de alto nivel con Presidencia y con otros niveles del gobierno del Estado”, añadió monseñor Barreto.
A todo este panorama, se suma el tema de la corrupción que también azota esta región.
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“Gran parte de la dirigencia política del departamento ha aprendido eso y lo ha aprendido porque, teniendo la posibilidad de tomar la vocería dignidad del pueblo chocoano, pues no lo hacen, sino que se han metido también en el ritmo de la corrupción y de los intereses personales”, manifestó el obispo de Istmina, monseñor Mario Álvarez Gómez.
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Los sacerdotes dicen que hablan con la verdad y no temen retaliaciones.
“Yo creo que ante la realidad tan evidente de los hechos y las comunidades, pues no hay necesidad de temer ninguna persecución porque habría que perseguir a toda la comunidad”, expuso monseñor Hugo Torres, obispo de Apartadó.
Para la Iglesia católica, la solución en el Chocó pasa por enfrentar la pobreza y las altas tasas de homicidio.
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