Las extorsiones son uno de los principales flagelos que padecen lo comerciantes de Barranquilla . Delincuentes los presionan tanto mental como físicamente al punto de hacerlos pagar, lo que representa una fuga de capital al punto de llevar a la quiebra a varios.
Uno de esos casos le ocurrió a un emprendedor que creó su marca a través de las plataformas digitales, pero que decidió darle un nuevo aire a su trabajo instalando una tienda física. Tristemente, los extorsionistas le pusieron fin a su tranquilidad, a su crecimiento económico y a sus sueños.
Esta persona, que por miedo protege su identidad, le contó a Noticias Caracol el flagelo al que estuvo sometida:
“Nos llamaron, nos dieron la dirección de nuestras casas, nos dijeron nuestros nombres. En medio de esa llamada no nos dejó colgar y nos pidió más dinero si no quería que esto pasara a mayores, cuando nos asomamos a la ventana había dos tipos en moto amedrentándonos. La primera vez me pidieron 3 millones de pesos, alcanzamos a pagar 2.500.000. El hombre llamó ofendido porque le debíamos 500 mil pesos diciendo que eso no era una limosna ni ayuda, era una obligación. Dijo que si no quería que nos pasara nada les diéramos 2.500.000 más, es decir, al final terminamos dando 5 millones de pesos”
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No contentos con este primer pago, le pusieron una cita si quería “negociar” para recuperar su vida normal, pero ante las frecuentes extorsiones no tuvo más remedio que cerrar el local justo en la temporada previa al Carnaval de Barranquilla, “que es el momento más importante para el comercio, pero primero estaba la seguridad”.
Contrario a esta historia, también hay testimonio de quienes sí denuncian. Otro comerciante relató que “en el 2020 llegaron dos individuos al negocio en una moto, uno se bajó y el otro dejó la moto más adelante. Dejan un panfleto con número de WhatsApp y que nos dice tenemos 3 horas para comunicarnos con Los Rastrojos Costeños o atentarían contra el negocio”.
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La decisión fue ir al Gaula y gracias al trabajo investigativo se logró la captura de un individuo dedicado a las extorsiones.
A pesar de la actuación de las autoridades, el propietario del negocio considera que “toca llevar en el libro de contabilidad lo que tiene que pagar a las extorsiones” y señala que muchas personas honradas se deben someter a este dilema: “O pagar los impuestos o pagar las extorsiones”.
Las autoridades de Barranquilla dicen que las denuncias contra el flagelo subieron un 79% en el último año, gracias a la acción contundente como la desarticulación de 18 estructuras dedicadas a este delito. Fueron 220 personas detenidas y el 90% recibió como castigo la cárcel.
El Gaula insiste en reportar estas situaciones al 165 para seguir atacando las extorsiones.
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