Durante tres días de intensas reuniones en las montañas de Suárez, Cauca, las delegaciones del Gobierno nacional y las disidencias de las FARC estuvieron en un encuentro exploratorio en donde se discutieron las condiciones de cara a la próxima instalación de una mesa formal de diálogos. Como resultado de estas negociaciones se lograronsuscribir un total de 11 acuerdos que abren la puerta a un proceso de paz con este grupo armado.
A pesar de los avances en las conversaciones, que incluyeron discusiones sobre ajustes en el cese al fuego para su instalación formal, ambas partes dejaron claro que se reservaban el derecho a la ofensiva. Sin embargo, a menos de 24 horas de la firma de estos acuerdos, las montañas del Cauca se convirtieron una vez más en un campo de batalla.
“Horas después de suscrito el acuerdo entre el Gobierno nacional y delegados de las disidencias de las FARC se presentan, en zona rural de municipio de Corinto, intensos combates que afectan a al menos nueve veredas de esta zona rural de este municipio. Las comunidades describen impactos a sus viviendas por proyectiles de armas de fuego", indicó Mauricio Capaz, líder de derechos humanos en el Cauca.
En el documento del acuerdo se especifica, en el punto número cinco, que se va a iniciar el funcionamiento de la mesa de diálogos con la entrada en vigor de decretos de respeto a la población civil y el cese al fuego. Empero, hasta ahora no hay decretos de un cese al fuego vigente, por lo que, para expertos en conflicto, las confrontaciones podrían no parar.
“Hasta que no se decrete un cese al fuego bilateral y no se conozcan las condiciones que vayan, en los próximos 15 días, por lo menos, (puede) seguir una ola fuerte de violencia producto de las confrontaciones entre la fuerza pública y bloque occidental Jacobo Arenas del Estado Mayor Central”, señala Juan Manuel Torres, analista de conflicto y paz de Pares Pacífico.
Al mismo tiempo, el investigador asegura que los últimos hechos de violencia en el Cauca son parte de una dinámica del pasado: “Esto es una crisis acumulada de por lo menos 4 o 5 años, se está configurando un nuevo ciclo de violencia, (y) ahora, a las dimensiones que esto ha alcanzado, permite que uno se preocupe”.
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En los acuerdos firmados se especificó el desarrollo de 8 misiones humanitarias en regiones donde las disidencias de las FARC hacen presencia. Una tarea que no da espera, dicen las comunidades.
“Se hace urgente que las partes encuentren los escenarios y los mecanismos, junto con los garantes, para acordar un cese bilateral en pro de aliviar la situación humanitaria que viven las comunidades”, subraya Mauricio Capaz.
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Otro compromiso de las partes será reunirse el próximo 17 de septiembre para anunciar oficialmente la instalación de la mesa de paz y el inicio de un posible cese al fuego.