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El sonido de los disparos volvió generar zozobra entre habitantes del barrio Juan 23 en Buenaventura, Valle del Cauca. La zona había sido visitada por las autoridades tras tiroteos registrados en la noche del viernes 6 de febrero, pero en la del sábado se convirtió de nuevo en tierra de nadie.
“En medio de la incertidumbre donde las personas están durmiendo, cuándo vamos a preguntar si vio o no vio, si la gente lo que busca es salvaguardar la vida y honra”, dijo Róbinson Aragón, líder social de Buenaventura.
Las autoridades han señalado que estas balaceras son una estrategia de los delincuentes para alertar a sus cómplices sobre la llegada de la fuerza pública.
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Entretanto, los habitantes de Buenaventura exigen soluciones de fondo ante un abandono histórico del puerto vallecaucano por parte del Estado que no les deja más opción que ocultarse con temor en sus humildes hogares.
Ante este panorama, el ministro del Interior, Daniel Palacios, llegó este domingo al puerto para sostener un consejo de seguridad con otras autoridades en aras de tomar medidas que permitan mitigar la crisis que se vive en este municipio del occidente del Valle del Cauca.
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