La guerra entre las disidencias de las FARC, el ELN y el Clan del Golfo por el control del territorio, en el sur de Bolívar, ha hecho que niños, jóvenes y adultos empiecen un desplazamiento para huir de los enfrentamientos y salvar sus vidas.
Han sido doce días de desplazamientos los cuales algunas familias decidieron regresar a sus tierras. Sin embargo, la Defensoría del Pueblo y la Iglesia temen que la situación se agrave ante la falta de presencia del Estado.
“Hoy emitimos una nueva alerta temprana de inminencia no solamente para Montecristo y Santa Rosa, en el sur, sino también para Morales y Arenal; la presencia de confrontación de estos grupos armados ilegales no puede continuar poniendo en riesgo los derechos de las comunidades”, expresó el Defensor del Pueblo, Carlos Camargo.
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“Hacemos un llamado urgente al Gobierno nacional y a todos los agentes gubernamentales del Estado para que piensen en este territorio, pues ya hay muchas familias desplazadas y que siguen clamando en Santa Rosa por una ayuda humanitaria más eficaz y constante”, expresó el obispo de Magangué, monseñor Ariel Lascarro Tapia.
El desplazamiento masivo ocurre en por lo menos tres regiones del sur del Bolívar: Montecristo, Santa Rosa y Serranía San Lucas.
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