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Novena de Navidad día 7: oraciones, gozos y villancicos para este 22 de diciembre

Recuerde que la Novena de Navidad se celebra desde el 16 hasta el 24 de diciembre, día en el que nace el niño Jesús. En esta tradición colombiana es común que coma buñuelos, natilla o arroz con leche.

Novena de Navidad día 7: oraciones, gozos y villancicos para este 22 de diciembre
Le contamos la oración para el día 7 -
Pixabay/ iShot

La Novena de Navidad , también conocida como la Novena de Aguinaldos, es una tradición profundamente enraizada en las celebraciones navideñas de muchos países latinoamericanos, especialmente en Colombia. Esta práctica se lleva a cabo durante los nueve días previos a la Navidad, desde el 16 hasta el 24 de diciembre, con el propósito de preparar el corazón de los fieles para recibir al Niño Jesús.

A lo largo de estos días, las familias, parroquias y comunidades se reúnen para rezar, cantar y reflexionar juntas. Cada jornada tiene sus oraciones especiales, que incluyen invocaciones a Dios, a la Virgen María y a San José, así como el tradicional canto de los gozos. Estos gozos se interpretan con gran alegría y son acompañados de música típica.

Según la Alcaldía de Dibulla, cada día tiene sus propios gozos y oraciones, las cuales varían según la fecha, y el 22 de diciembre corresponde al día 7 en el calendario de las novenas navideñas en Colombia.

Novena de Navidad día 6: oraciones, gozos y villancicos para este 21 de diciembre
Pixabay/ Freepik

(Puede leer: Cómo rezar la novena de Navidad )

22 de diciembre: día 7 de la Novena de Aguinaldos

Bendición inicial: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración para todos los días

Benignísimo Dios de infinita caridad, que tanto amasteis a los hombres, que les disteis en vuestro Hijo la prenda de vuestro amor, para que hecho hombre en las entrañas de una Virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; yo, en nombre de todos los mortales, os doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él os ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de vuestro Hijo humanado, suplicándoos por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongáis nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido, con tal desprecio de todo lo terreno, para que Jesús recién nacido tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.

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(Se reza tres veces Gloria al Padre).

  • Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
  • Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Consideración del día 7

Representémonos el viaje de María y José hacia Belén, llevando consigo aún no nacido, al creador del universo, hecho hombre. Contemplemos la humildad y la obediencia de ese Divino Niño, que aunque de raza judía y habiendo amado durante siglos a su pueblo con una predilección inexplicable obedece así a un príncipe extranjero que forma el censo de población de su provincia, como si hubiese para él en esa circunstancia algo que le halagase, y quisiera apresurarse a aprovechar la ocasión de hacerse empadronar oficial y auténticamente como súbdito en el momento en que venía al mundo.

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El anhelo de José, la expectativa de María son cosas que no puede expresar el lenguaje humano. El Padre Eterno se halla, si nos es lícito emplear esta expresión, adorablemente impaciente por dar a su hijo único al mundo y verle ocupar su puesto entre las criaturas visibles. El Espíritu Santo arde en deseos de presentar a la luz del día esa santa humanidad, que El mismo ha formado con divino esmero.

Estos son los villancicos navideños para el primer día de novena
Pixabay/ Getty Images

Oración a la Santísima Virgen


Soberana María, que por vuestras grandes virtudes y especialmente por vuestra humildad, merecisteis que todo un Dios os escogiese por madre suya, os suplico que vos misma preparéis y dispongáis mi alma y la de todos los que en este tiempo hiciesen esta novena, para el nacimiento espiritual de vuestro adorado Hijo. ¡Oh dulcísima Madre!, comunicadme algo del profundo recogimiento y divina ternura con que lo aguardasteis vos, para que nos hagáis menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

(Se reza nueve veces el Ave María)

  • Dios te salve, María, llena eres de gracia. El Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
  • Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oración a San José

¡Oh Santísimo José, esposo de María y padre adoptivo de Jesús! Infinitas gracias doy a Dios porque os escogió para tan altos ministerios y os adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Os ruego, por el amor que tuvisteis al Divino Niño, me abraséis en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente, mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.

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(Se reza el Padre Nuestro)

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Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.

(Se reza un Ave María y un Gloria a Dios).

Los gozos en la novena de Navidad van acompañados de cantos
Los gozos en la novena de Navidad van acompañados de cantos -
Getty Images

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Gozos para todos los días

Dulce Jesús mío, mi niño adorado ¡Ven a nuestras almas! ¡Ven no tardes tanto!

  • ¡Oh, Sapiencia suma del Dios soberano, ¡que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh, Divino Niño, ven para enseñarnos la prudencia que hace verdaderos sabios! Ven a nuestras almas...

  • ¡Oh, Adonai potente que Moisés hablando, de Israel al pueblo diste los mandatos! ¡Ah, ven prontamente para rescatarnos, y que un niño débil muestre fuerte brazo! Ven a nuestras almas...

  • ¡Oh, raíz sagrada de José que en lo alto presenta al orbe tu fragante nardo! Dulcísimo Niño que has sido llamado Lirio de los valles, Bella flor del campo. Ven a nuestras almas...

  • ¡Llave de David que abre al desterrado las cerradas puertas del regio palacio! ¡Sácanos oh Niño con tu blanca mano, de la cárcel triste que labró el pecado! Ven a nuestras almas...

  • ¡Oh, lumbre de Oriente, sol de eternos rayos, que entre las tinieblas tu esplendor veamos! Niño tan precioso, dicha del cristiano, luzca la sonrisa de tus dulces labios. Ven a nuestras almas...

  • ¡Espejo sin mancha, santo de los santos, sin igual imagen del Dios soberano! ¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño, da al mísero amparo! Ven a nuestras almas...

  • ¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro, de Israel anhelo Pastor del rebaño! ¡Niño que apacientas con suave cayado, ya la oveja arisca, ya el cordero manso! Ven a nuestras almas...

  • ¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto bienhechor rocío como riego santo! ¡Ven hermoso Niño, ven Dios humanado! ¡Luce, Dios estrella! ¡Brota, flor del campo! Ven a nuestras almas...

  • ¡Ven, que ya María previene sus brazos, do su niño vean, en tiempo cercanos! ¡Ven, que ya José, con anhelo sacro, se dispone a hacerse de tu amor sagrario! Ven a nuestras almas...

  • ¡Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado! ¡Vida de mi vida, mi dueño adorado, mi constante amigo, mi divino hermano! Ven a nuestras almas...

  • ¡Ven ante mis ojos, de ti enamorados! ¡Bese ya tus plantas! ¡Bese ya tus manos! ¡Prosternado en tierra, te tiendo los brazos, y aún más que mis frases, te dice mi llanto! Ven a nuestras almas...

  • ¡Ven Salvador nuestro por quien suspiramos Ven a nuestras almas, Ven, ¡no tardes tanto! Ven a nuestras almas, ven no tarde tanto.

Oración al Niño Jesús

Acordaos, ¡oh dulcísimo Niño Jesús!, que dijisteis a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos vuestros devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado".

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Llenos de confianza en vos, oh Jesús, que sois la misma verdad, venimos a exponeros toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos por los méritos infinitos de vuestra infancia, la gracia de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a vos, ¡Oh Niño omnipotente!, seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que, en virtud de vuestra divina promesa, acogeréis y despacharéis favorablemente nuestra súplica. Amén.

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