Este viernes, 16 de diciembre, inicia la novena de Navidad, una de las tradiciones de la religión católica más esperadas. Con esta celebración se inicia el conteo regresivo para el nacimiento de Jesús, a las 12:00 a.m. del 25 de diciembre.
Oraciones y consideraciones para el día 1 de la Novena de Navidad
La Conferencia Episcopal de Colombia comparte la novena de aguinaldos en su página web oficial.
Día primero
Signo: Preparar con anticipación el pesebre resaltando en este día la imagen de Dios Padre y ambientarla con un cirio encendido.
Lectura de la Palabra de Dios: Juan 3,16-17
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"Porque tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él". Palabra del Señor.
Meditación
Dios es amor que se comunica y se entrega a sí mismo. Dios ama gratuitamente, perdona y ayuda hasta enviar a su Hijo a salvar lo que estaba perdido.
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La imagen de Dios que hoy queremos descubrir en este texto que se nos ha proclamado es la de un Padre lleno de ternura y no la de un juez severo e inclemente. De un Dios que no ha abandonado el mundo, sino que se ha comprometido de tal forma, que es capaz de desprenderse de lo más querido y dar a su propio Hijo como don.
Hoy nos preguntamos ¿tanto valemos nosotros a los ojos de Dios? Lo que Dios en su infinita misericordia quiere es que nuestra vida no se arruine y que alcancemos la plenitud, para ello nos da a su Hijo. Quien se busca solamente a sí mismo, se cierra a Dios y corre el peligro de permanecer cerrado ante la luminosa revelación de su amor. Si no se toma en serio la voluntad de Dios, ¿cómo se va a creer en su amor? Este amor lo alejaría de su propio egoísmo y la haría sentir todavía más su propia dependencia de Dios. Quien busca siempre la comunión de Dios a través de las obras, está abierto a la luz de su amor.
Sonreír, dedicar tiempo para charlar hace bien en primer lugar a nuestra familia: los abuelos que a veces se sienten ignorados, los niños se sienten acogidos. Este desata una cadena de reacciones, en las que la misericordia entra y sale de nuestras casas. Si la compartimos nos sentimos contentos, si la recibimos nos hace bien. “Sean misericordiosos como el Padre del Cielo es misericordioso.”
Oración para todos los días
Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio. En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.
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Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo (3 veces).
Oración a la santísima Virgen María
Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tu misma prepares y dispongas de mi alma y de la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento de tu adorable Hijo. Novena de Navidad 8 ¡Oh dulcísima madre! comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le agradaste tu para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.
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(Se reza tres veces el Ave María)
Oración a San José
¡Oh Santísimo José! Esposo de María y padre putativo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego por el amor que le tuviste al divino niño, me abraces en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.
(Se reza el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria al Padre)
Oración al Niño Jesús
Acuérdate ¡Oh dulcísimo Niño Jesús! Que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado". Novena de Navidad 9 Llenos de confianza en Ti ¡Oh Jesús, que eres la misma verdad! Venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada. Concédenos, por los méritos infinitos de tu Encarnación y de tu infancia, la gracia, de la cual necesitamos tanto. Nos entregamos a ti ¡Oh Niño omnipotente! Seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que, en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.
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Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo (3 veces)
Gozos para todos los días
Dulce Jesús mío, mi Niño adorado,
¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!
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¡Oh Sapiencia suma del Dios soberano,
que a infantil alcance te rebajas sacro!
¡Oh Niño divino, ven para enseñarnos
la prudencia que hace verdaderos sabios!
¡Oh, Adonaí potente que a Moisés hablando,
de Israel al pueblo diste los mandatos!,
Ah, ven prontamente para rescatarnos,
y que un niño débil muestre fuerte brazo.
¡Oh raíz sagrada de Jesé que en lo alto
presentas al orbe tu fragante nardo!
¡Dulcísimo Niño que has sido llamado
lirio de los valles, bella flor del campo!
Llave de David que abre al desterrado
las cerradas puertas del regio palacio!
¡Sácanos, oh Niño, con tu blanca mano,
de la cárcel triste que labró el pecado!
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¡Oh lumbre de oriente, Sol de eternos rayos,
que entre las tinieblas, tu esplendor veamos!
Niño tan precioso, dicha del cristiano,
luzca la sonrisa de tus dulces labios.
Espejo sin mancha, Santo de los santos,
sin igual imagen del Dios soberano.
Borra nuestras culpas, salva al desterrado
y en forma de niño da al mísero, amparo.
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Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,
de Israel anhelo, Pastor del rebaño.
¡Niño que apacientas, con suave cayado,
ya la oveja arisca, ya el cordero manso!
¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto,
bienhechor rocío como riego santo!
¡Ven, hermoso Niño, ven, Dios humanado!
¡luce, hermosa estrella! ¡brota, flor del campo!
Ven, que ya María, previene sus brazos,
do su Niño vean en tiempo cercano.
Ven, que ya José, con anhelo sacro,
se dispone a hacerse de tu amor sagrario.
¡Del débil auxilio, del doliente amparo,
consuelo del triste, luz del desterrado.
Vida de mi vida, mi dueño adorado,
mi constante amigo, mi divino hermano!
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¡Véante mis ojos, de ti enamorados!
¡Bese ya tus plantas! Bese ya tus manos.
Prosternado en tierra te tiendo los brazos,
y aún más que mis frases, te dice mi llanto.
¡Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos;
ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!