Ni las dramáticas cifras de contagios y muertes por coronavirus
, ni las campañas, ni la restricción de aglomeraciones y consumo de licor convencen a quienes insisten en ir a las fiestas ilegales que se han vuelto frecuentes en Cartagena
y todo el departamento de Bolívar.
En la madrugada del jueves, la Policía tuvo que cerrar cuatro establecimientos al encontrar gente bebiendo y bailando sin guardar distanciamiento ni usar tapabocas.
Uno de los locales ya había sido sellado antes por la misma razón y volvió a cometer la misma infracción.
Algunos de los asistentes a las fiestas siguieron sin tapabocas, con chupetas en la boca, otros sí se los pusieron y los demás escondían la cara.
Ante estos desórdenes, el gobernador Vicente Blel ordenó ley seca y el toque de queda
en Bolívar, exceptuando Cartagena, donde sí rige el pico y cédula.