Una noche fría y de zozobra tuvieron que pasar decenas de familias fuera de sus viviendas en el barrio Santa Rita, en el corregimiento de San Antonio de Prado.La emergencia deja una mujer y un niño de 3 años muertos, madre e hijo.
En la casa de Héctor Chalarca viven tres adultos mayores, tienen orden de evacuación, pero su casa es lo único con lo que cuentan y no quieren abandonarla. “No podemos, no tenemos para dónde irnos, toca a la mano de Dios”, exclama.
Gloria Arango, otra de las afectadas, evidenció la angustia de vivir entre la incertidumbre: “Yo me voy a quedar despierta, tengo mucho susto. Yo le pido mucho al Señor que no pase nada”.
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La noche la pasaron en vela, sentados en el piso, algunos con cobijas en las calles, y la maleta lista por si algo volvía a ocurrir. La paz de unas 500 familias que están en riesgo se desdibujó por completo.
“Aquí hay mucha gente que es de escasos recursos y no sabe para dónde coger, los alberges están llenos”, señaló otro de los damnificados.
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El sonido de la quebrada tampoco los dejó dormir. El agua densa, con lodo y poco caudal da cuenta del represamiento. Según las autoridades, hay aguas arriba y podría generarse una avenida torrencial.
La quebrada en este momento está bajando muy espesa, entonces no está bajando el caudal que siempre se ha visto. Tenemos miedo de que el derrumbe termine de bajar a la quebrada, tapone y se venga para abajo
Durante toda la noche, un equipo técnico del DAGRD fue casa por casa a evaluar los riesgos y recomendar la evacuación preventiva de unas 120 personas.
La comunidad pide que se habiliten más albergues temporales porque ya no dan abasto.