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“No se erradicaron 130.000 hectáreas”: expertos siguen cuestionando cifras del gobierno

Tras el espaldarazo de EE. UU. a los números de la lucha antinarcóticos, analistas y erradicadores dudan de estos y aseguran que hay una doble contabilidad.

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El espaldarazo del gobierno de Estados Unidos a Colombia en su lucha contra las drogas puso de nuevo sobre la mesa el debate sobre la forma en que se está midiendo la erradicación de cultivos ilícitos en el país.

Expertos insisten en que las cifras están infladas y que la lucha debe enfocarse en golpear a los grupos criminales.

Mientras el Gobierno de Estados Unidos aplaude los resultados en erradicación de cultivos ilícitos, en Colombia hay dudas sobre la medición.

La unidad investigativa de Noticias Caracol reveló hace un mes los testimonios de campesinos cocaleros, expertos, un soldado y un contratista de la Policía que coinciden en que los reportes están inflados.

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Por esa razón, con la certificación estadounidense, son varias las voces que piden mayor transparencia en los informes.

“Las cifras de erradicación manual no son confiables. En Colombia no se erradicaron 130.000 hectáreas. Creo que lo mejor que podría hacer el Gobierno de los Estados Unidos y el Gobierno de Colombia es sentarse y crear una comisión independiente para investigar a fondo no solamente estas estadísticas, sino todas las estadísticas que están haciendo parte del juego de la lucha contra las drogas”, dice Daniel Rico, exasesor del Ministerio de Defensa.

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En el mismo sentido se pronunció Daniel Mejía, profesor de la Universidad de los Andes. “Yo creo que hay voces, incluso al interior del gobierno, que se están cuestionando estas cifras. Están mirando con atención qué es lo que les están reportando porque parecieran ser ciertas esas críticas que inicialmente se dieron de que hay o una doble contabilidad o una erradicación que realmente no se hizo (…) Acá lo importante es que, incluso si esa erradicación se hizo, de nada sirve erradicar 130.000 hectáreas si se resiembra el 95% otra vez”, expresó.

Hace un mes, distintas fuentes le explicaron a Noticias Caracol las supuestas formas de inflar las cifras. Hablaron de alteraciones en la medición y de montajes.

Esto dijo un erradicador:

Si el reporte es de 4 hectáreas por cada grupo, y hay 20 grupos, son 4 por 2, 8. Son 80 hectáreas, un promedio de 80 hectáreas que tienen que reportar todos esos grupos. ¿Si me entiende? De esas 80 hectáreas que se haya erradicado supuestamente 40, 30. De resto es pura falsedad.

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Y esto dijo Raúl Álvarez, de la Asociación de Campesinos del Sur de Córdoba:

En La Mulata pasó esto: mocharon la coca de la vereda El Guineo y la llevaron los policías y erradicadores al hombro, la pasaron a la vereda La Mulata. La sembraron en un potrero, enterraron los palos donde había un cultivo de ajonjolí. Tomaron fotos que era un cultivo e iniciaron a arrancarlo. Eso fue un montaje.

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Y todo esto ocurre, según expertos, porque desde el alto gobierno se trazan metas que a la tropa, con todas las dificultades y los peligros del terreno, se le vuelven imposibles de cumplir.

“Los incentivos perversos a la erradicación existen desde hace mucho tiempo. Es una cadena de presión que empieza en la Presidencia de la República al crear una meta de erradicación que no es consistente ni con los recursos disponibles ni con la capacidad táctica y operativa de las unidades. Eso pasa al Ministerio de Defensa, y en el ministerio de defensa se va subdividiendo en cada una de las divisiones, brigadas, batallones, etc. Entonces lo que hay que hacer es un proceso desde la cabeza, un proceso de sinceridad”, agrega Daniel Rico.

Tras la certificación del Departamento de Estado, el ministro de Defensa, Diego Molano, respaldó los resultados presentados por la fuerza pública.

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“Los esfuerzos fueron valorados: 130.000 hectáreas de coca erradicadas manualmente, incautaciones por más de 500 toneladas de cocaína, destrucción de 5.000 laboratorios el año pasado, gracias al trabajo de nuestras Fuerzas Militares y de Policía que colocaron toda su mayor dedicación para lograr estos propósitos (…) es un espaldarazo a la lucha que tiene Colombia contra el flagelo mundial de las drogas”, expresó el ministro de Defensa, Diego Molano.

Pero las dudas frente a la erradicación no solo pasan por la desconfianza de los informes, sino también por sus elevados costos humanos y lo que algunos califican como una política ineficaz.

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“Estudios de muchos académicos y expertos muestran que la política que combate los cultivos ilícitos, la erradicación manual o por aspersión, no es una política costo-efectiva. Y debería más bien mirarse esa evidencia, tomársela seriamente y enfocar los esfuerzos de lucha contra el narcotráfico en los eslabones donde realmente están vinculados los grupos criminales organizados”, opina el profesor Mejía.

Este año, el Ministerio de Defensa se trazó la misma y ambiciosa meta del 2020: arrancar 130.000 hectáreas de coca. Y para lograrlo, además de seguir con la erradicación manual forzada, esperan empezar a fumigar con glifosato.

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