A Yenifer Londoño, de 29 años de edad, la vida le dio una gran sorpresa. Nunca se imaginó que estaba embarazada y ni cuenta se dio. Fue un dolor de estómago el que la hizo ir al hospital. Cuando llegó, el diagnóstico de los médicos casi la infartó.
“Me dijeron que iba en trabajo de parto y de una reventé fuente y fue dizque un parto expulsivo. Me pusieron el bebé porque yo estaba en shock”, relata.
Su dolor de estómago estaba más vivo que nunca y no era dañino. Por el contrario, la convirtió en madre cuando menos lo esperaba.
“Es una bendición, lo amo igual que mis otros hijos, pero es algo que me tiene todavía con incertidumbre porque no estábamos preparados ni con ropa ni con pañales, ni con las cosas del bebé”, dice Yenifer.
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La abuela del bebé fue quien le compró sus primeras cositas: “Menos mal tenía 150.000 pesos en un cajón, los cogí y me fui de compras y les dije vístamelo”.
De su embarazo nunca se dio cuenta. Afirma que tuvo el periodo, no le creció el estómago y ni los antojos se vieron asomar.
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Para los médicos, el tema es un dilema que genera polémica.
“Hay ciertas características de las pacientes como sería la diabetes, pacientes con obesidad mórbida, pacientes con masa muscular muy altas y en las cuales es posible que no se sienta el embarazo”, dice el ginecólogo David Giraldo Cardona.
En cambio, para la ginecobstetra Natalia Salazar “es poco probable, dados todos los cambios fisiológicos que se dan en una mujer”.
Yenifer Londoño es madre de dos hijos más. Su esposo no quiso dar entrevistas porque dice que sigue en shock, pues ahora tiene muchas bocas para alimentar.
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A esta pequeña bendición que se manifestó como un cólico la llamaron Tomás.
Quizás el nacimiento de Tomás no fue lo más común. Sin embargo, le trajo a esta familia esperanza para luchar.