El pasado 13 de noviembre, una niña de 13 años recibió un tiro en medio de un intento de robo en el sector de Puente Aranda, en Bogotá.
La menor sobrevivió, pero el impacto “le afectó parte de la cabeza, pero en especial ahora están afectados sus ojos”, contó su mamá.
Ha pasado más de un mes desde el ataque y la familia de la niña solo pide una cosa: “que cojan a los culpables porque le dañaron la vida a mi hija”.
Mientras tanto, empiezan a mirar de dónde sacar dinero para pagar el tratamiento de la niña que, esperan, le ayude a recuperar la vista.
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“La niña lo que más anhela es poder ver” en esta Navidad, dice su mamá, quien señaló que cada control le cuesta unos $400.000 y debe ir a ellos unas tres veces a la semana.
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