Sin piso, así valoró el juez de Estados Unidos los argumentos con los que la defensa de Salvatore Mancuso buscaba revivir su deportación a Italia.
La razón está consignada en el mismo documento en el que se le notificó al exjefe paramilitar que su expulsión ahora sería a Colombia : “Si teme la persecución en un país específico o (...) si teme la tortura (...) puede solicitar la suspensión de la deportación (...) o el aplazamiento".
Es decir, el juez no puede tomar decisión mientras que haya un proceso administrativo vigente para suspender su deportación a Colombia. El mismo Mancuso notificó que se acogería a él argumentando que teme ser torturado.
¿Qué sigue?
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Ahora Mancuso debe entrevistarse con un oficial de inmigración. Según sus abogados, esto sería entre este viernes y el martes de la próxima semana.
Si el oficial avala su deportación a Colombia, el exjefe paramilitar podrá apelar enviando el proceso ante un juez de inmigración, si este le da la razón, va a la Junta de Apelaciones de Inmigración y, si dicha junta avala la deportación a Colombia, Mancuso tendrá 30 días para solicitar revisión ante una Corte de apelaciones de Estados Unidos en Georgia.
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Los capítulos de la novela
Desde el 15 de abril, la defensa de Mancuso tenía prácticamente listo su retiro dorado a Italia, con un documento que avalaba su deportación a ese país. Sin embargo, transversalmente empezaron a llegar las solicitudes de extradición, dos de ellas el 15 de abril y el 13 de mayo. El gobierno asegura que se encuentran bajo estudio aún.
La más reciente solicitud de extradición llegó el 20 de agosto y, en su momento, se radicó sin 2100 folios traducidos al inglés. De esta tampoco hay respuesta.
Luego, la defensa llegó a un acuerdo con el gobierno Trump, en el que la fiscal se comprometía a que, a más tardar el 4 de septiembre, el exparamilitar se iría a Italia.
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Fue entonces cuando el 29 de agosto, en horas de la noche, llegó un documento notificando el reversazo: “Su traslado a Italia en este momento es perjudicial para los Estados Unidos”.
En ese guiño de la administración Trump fue clave Mauricio Claver-Carone, quien es candidato para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y cuenta con el voto de Colombia.
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