Doblaron rejas, rompieron vidrios y forzaron puertas para llevarse hasta algunos juguetes. No contentos, se comieron el helado que había en la nevera.
Los pañales, la ropa y los zapatos también hicieron parte del botín que eligieron los delincuentes.
Afectados denuncian que cuando se percataron del robo llamaron a la Policía, pero los uniformados no quisieron llamar a la unidad investigativa.
Ahora tendrán que hacer un bazar para pagar el arriendo e intentar recuperar las pérdidas, aunque en primera instancia tienen decidido cerrar el centro educativo.
Updated: septiembre 19, 2017 12:56 p. m.