Lo que encontró el organismo de control no le deja más salida que pedir su liquidación. La corrupción, ineficiencia y clientelismo la invaden.
Entre el 2013 y el 2016, Fonade recibió millonarios recursos para obras pero no las ejecutó lo que afectó el mejoramiento de las condiciones de vida de la gente en escuelas, centros de salud, cárceles y vías, entre otros.
En esos años el dinero guardado les generó rendimientos por más de 111 mil millones de pesos.
Lo grave es que mientras la entidad se enriquecía, pagaba anticipos a terceros sin la debida legalización, por lo que hoy no se sabe el paradero de muchos de esos dineros.
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Según la Contraloría, de una muestra de 44 convenios y 183 contratos, se entregaron como anticipo $173. 953 millones, de los cuales no se legalizaron $77.690 millones a diciembre de 2016. Algo similar ocurrió en el 2017 donde no se sabe dónde están $73 mil millones.
Según el ente de control, la no legalización de anticipos provoca riesgo de corrupción.
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"Se expone en mayor grado al riesgo de fraude (bajo la modalidad de apropiación indebida de activos) toda vez que, al no incorporarse al sistema de información financiera, se dificulta tanto el seguimiento a su utilización y ejecución", indica la Contraloría.
En este sistema de negociación, la mayor deficiencia de la entidad es que pese a tener la responsabilidad legal de hacer la gerencia de proyectos, "deja en cabeza del ente territorial (gobernadores y alcaldes) la "responsabilidad exclusiva" por la contratación de las obras.
Lo que, según la Contraloría, incrementa el riesgo de corrupción y detrimento patrimonial”.
El cambio de gerencia en Fonade a principios de este año ha puesto al descubierto como la entidad está copada por la política. La salida de varios funcionarios de alto nivel.
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Estas personas que salieron y otras cuantas que se encuentran dentro de la entidad totalmente identificadas, tenían mucho poder en la toma de decisiones de los proyectos.
Reportaban los movimientos a sus respectivos congresistas. Presuntamente direccionaban los proyectos a contratistas escogidos a dedo, además al parecer modificaban las condiciones de pliegos de esos contratos y finalmente, según altos directivos de Fonade, negociaban la asignación de esos contratos por hasta un 40 por ciento del valor total del proyecto.
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Según los asesores directos del actual director, lo grave del caso es que no solo la entidad estaba inundada de este tipo de perfiles, sino que de los 1,200 funcionarios que hoy están laborando, solo el 3% conoce a cabalidad la línea de gerencia de proyectos, es decir el objeto principal de la entidad.
Es por eso, que el retraso, la mala ejecución, la falta de planeación y la falta de gerencia además de los presuntos favores políticos incrementan cada año los elefantes blancos a cargo de la entidad.