El exsenador quiere acogerse a la jurisdicción especial, algo que a muchos no gusta en ese departamento donde el clan Besaile aún maneja los hilos del poder.
Un documento de seis páginas condensa la propuesta del exsenador Musa Besaile Fayad para aterrizar en la Jurisdicción Especial para la Paz.
Fue radicado con total hermetismo el pasado 19 de diciembre y entre sus compromisos para contribuir a la verdad del conflicto está la almendra del debate. Lo más jugoso de su oferta es que asegura estar dispuesto a revelar "su conocimiento o relación con los paramilitares del Bloque Córdoba".
Se trata de una de las facciones con mayor poder de las autodefensas, cuya génesis patrocinó todo tipo de violencias de la casa Castaño y de Salvatore Mancuso a mediados de los años 90.
En ese sentido, Besaile sostuvo en un documento firmado con su puño y letra que quiere contar la relación de otros políticos de Córdoba con el paramilitarismo entre 1998 y 2006; develar por qué se dieron esos vínculos y qué se logró políticamente con esa alianza.
Y, además, Besaile se comprometió a ampliar el catálogo de implicados del Cartel de la Toga. Es decir, cómo funcionarios de la rama judicial torcieron expedientes, engavetaron órdenes de captura o filtraron información reservada a sus investigados a cambio de dinero.
"Indicaré quiénes, cuándo, dónde y por qué", señaló Besaile, actualmente detenido en el Batallón de Policía Militar número 13, ubicado en Puente Aranda en Bogotá.
El ventilador prometido de quien fuera en el 2014 el segundo congresista más votado de Colombia, con más de 145 mil votos, todavía es analizado por la JEP pero parece tener las claves de la parapolítica y la corrupción en Córdoba.
Noticias Caracol viajó hasta allá para tomarle el pulso a una región azotada desde hace décadas por estos entronques ilegales.
La pregunta que muchos se hacen allí, en voz baja, es si contará todo o si esto no es más que una estrategia para volver a sus andanzas, ¿Salpicará en sus confesiones a sus hermanos que heredaron su maquinaria? ¿Al exgobernador Edwin Besaile, por ejemplo, destituido por el pago irregular de casi 5.000 millones para terapias a menores en condición de discapacidad y enjuiciado por el cartel de la hemofilia?
“Quiero decirle a Colombia que la familia Besaile es una familia poderosa políticamente (...) ellos a pesar de sus problemas siguen con sus tentáculos y siguen con sus roscas políticas”, dice Darío Enrique Díaz, veedor en Córdoba.
Díaz no confía mucho en el súbito arrepentimiento de Musa Besaile. Al revés, sostiene que esa familia le ha hecho mucho daño a Córdoba, que todavía es dueña de parte de la contratación pública y que lleva años imponiendo candidatos, como el condenado exgobernador Alejandro Lyons, protagonista del cartel de la toga.
“No solamente fue Alejandro Lyons quien se robó al departamento de Córdoba, fue en contubernio y en unión con la familia Besaile y con otros políticos del departamento de Córdoba (...) siguen teniendo tanto poder y tentáculos porque ellos en la actual administración tienen personas y fichas claves”, dice.
Noticias Caracol intentó hablar con Tania Parra, abogada de Musa Besaile y quien además representa a varios oficiales del Ejército que también tocaron las puertas de la JEP para saldar sus cuentas con la justicia, pero no fue posible...
A pesar de los escándalos, los carcelazos o las sanciones, el poder de los Besaile sigue intacto. Mientras Musa busca desandar su pasado en la JEP, y su hermano Edwin se sigue jurando inocente y un perseguido del procurador Fernando Carrillo, quien manda hoy es John Moisés Besaile, más conocido como Jhony, que obtuvo 77 mil votos en marzo de 2018, pero su fórmula a la Cámara también quedó en familia.
“Pusieron como candidato a la cámara a Erasmo Zuleta Bechara. ¿Quién es Erasmo Zuleta Bechara? Cuñado de Edwin Besaile. O sea, el clan Besaile en el Congreso: Jhonny en el Senado y el cuñado del gobernador destituido, en la Cámara de Representantes.
Una radiografía muy similar tiene el abogado Diego Armando Muskus, quien dirige radio Panzenú, un espacio desde el cual se ha venido documentando el saqueo a Córdoba.
¿Qué tiene que ver la corrupción con el conflicto?, se pregunta Muskus decepcionado y añade: “No le den un beneficio a todas estas personas que hayan cometido de una manera u otra hechos notorios de corrupción que nos han doblegado tanto a los cordobeses y a los colombianos”.
Las denuncias que estos micrófonos reprodujeron sobre la ‘ñoñomanía’ de Bernardo Elías Vidal, hoy condenado por el escándalo de Odebrecht, así como los carteles de la hemofilia de Edwin Besaile, entre otro largo etcétera de procesos, le pasaron cuenta de cobro a Panzenú.
Según Muskus, durante seis meses su estación fue silenciada por las maniobras de esos poderosos que estaban quedando en evidencia.
Ningún señalamiento parece haberle hecho mella a la hegemonía de los Besaile en Córdoba. Tan es así, que en su tierra la mayoría prefiere no hablar de su poder.
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Updated: marzo 04, 2019 08:34 p. m.