Un soldado murió este miércoles, 17 de mayo, luego de recibir un impacto de fusil, al parecer, en un hecho accidental. El caso se presentó en el municipio de Soacha en la fábrica de Indumil, lugar donde se hacen armas para el Ejército.
La información preliminar de las autoridades es que en el momento que dos soldados estaban entregando su armamento, el fusil de uno de ellos se disparó e hirió de gravedad al otro soldado, quien falleció.
Autoridades y el laboratorio de criminalística se desplazaron a este sitio para iniciar las investigaciones para determinar si efectivamente se trató de un accidente que cobró la vida de este militar.
Un caso similar ocurrió el pasado 4 de mayo en el Cantón Norte de Bogotá, donde murió el soldado Julio César Aguirre, de 21 años.
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Lo que comenzó como un juego entre lanzas, entre amigos, terminó en tragedia. Aguirre perdió la vida por un disparo de fusil que salió del arma de dotación de un compañero y amigo quien, según la investigación, estaba jugando con el arma mientras estaba de centinela.
Tras dar muerte a Aguirre, el soldado huyó con su fusil y casi 30 horas después fue ubicado en los cerros orientales.
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“Este muchacho presentaba deshidratación, estaba aún con el uniforme militar”, señaló el general Marco Aurelio Bolívar, fiscal general de la Justicia Penal Militar y Policial.
Noticias Caracol conoció las evidencias que reposan en el expediente: la vainilla, el cartucho de la vida, como se conoce en el argot militar, que fue retirado por el soldado para disparar y el fusil que fue encontrado enterrado en La Calera, Cundinamarca.
El fiscal general de la Justicia Penal Militar y Policial explicó el porqué, aunque fue jugando, no se consideró un accidente.
“La situación de quitar ese seguro del fusil, de llevar cartucho a la recámara y de disparar, pero posteriormente irse a la huida, pues nos da a entender que aquí pudo haber una intención, por lo menos eventual, en lo que sucedía”, aseguró Bolívar.
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Con solo 19 años, al soldado le imputaron los delitos de homicidio, peculado sobre bienes de dotación oficial y abandono de centinela.
Según el Ejército, en 2022, hubo siete militares que murieron a manos de otros uniformados.
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