Mujer recibió un botellazo en la cara por exigirle a un morboso que la respetara

Diana Carreño fue golpeada en la cara por un desconocido que se molestó con ella cuando le exigió que la respetara y dejara de hacerle comentarios morbosos en un establecimiento público de Bucaramanga, en Santander.El pasado 24 de enero, la joven salió con una amiga a comprar unas cervezas.Al lugar donde se encontraban tomando llegaron dos hombres que empezaron a acosarlas con palabras morbosas.“Él nos decía ‘dejen la pena, mamacitas, que nosotros solo queremos mirarlas’. En un momento yo le decía: ‘deje de mirarnos, ¿no entiende? Es que no queremos que nos mire’”, a lo que él contestó: ‘¿Por qué no? Nosotros podemos mirar a quien se nos dé la gana, nosotros las miramos’, y nos miraba de pies a cabeza y se mordía la boca”, relató la víctima.Cansada de las insinuaciones morbosas del hombre de 70 años, decidió irse del lugar, pero antes exigió respeto.“Cuando yo volteo a mirar, pues ya estaba más vulnerable a él, teniendo en cuenta que estaba al lado de él y pues tenía la botella en la mano y me la estrelló en la cara, causándome un hematoma severo y una cicatriz en el rostro de 10 puntos”, dijo la joven.De inmediato acudió a la Policía, señaló al agresor y se trasladó en taxi hasta una clínica.“Cuando cicatrice la lesión claramente tengo que pagar cirujano plástico, claramente tengo que saber si me tengo que hacer un injerto o tengo que hacer sesiones de cicatrización y al fin y al cabo es un proceso muy largo”, dijo la víctima sobre el golpe que recibió.Ella solo quiere que el agresor “pague lo que hizo, de mi cuerpo y de mi ser me encargo yo”.Voceros de la Fiscalía informaron que por tratarse de lesiones personales, delito que no da cárcel, el capturado quedó en libertad, lo que generó una ola de indignación en el departamento de Santander."Una cosa muy diferente es que yo le diga a usted que es una mujer muy guapa, muy inteligente, y otra cosa muy diferente es el acoso sexual del que fue víctima la joven en Bucaramanga”, afirmó la congresista Katherine Miranda, que impulsa un proyecto de ley para que este tipo de agresiones se tipifiquen como acoso sexual.