Las autoridades del pueblo indígena yukpa claman justicia por el caso de cinco niños de esa etnia que murieron intoxicados en la Serranía del Perijá. Insisten en que se trata de un crimen y no de una muerte accidental.
Todavía no se conocen los resultados de los exámenes forenses realizados a los cuerpos de los cinco menores indígenas yukpas de 15, 13, 11, 7 y 3 años, que murieron en inmediaciones del resguardo Iroka, en la Serranía del Perijá. El defensor de este pueblo indígena descartó una muerte accidental porque, asegura, hay indicios de violencia.
“Esto no fue un accidente, esto fue un crimen contra estos niños y no es cierto que los niños hayan consumido corozo. El pueblo indígena yukpa, los niños, son cazadores, recolectores, ellos saben muy bien qué comen y no comen de la naturaleza, alguien los obligó a comer algo y posteriormente fallecieron”, afirmó Edwar Álvarez, defensor del pueblo yukpa.
La Secretaría de Salud, de la mano de la EPS indígena Dusakawi, están haciendo seguimiento al caso.
“En vista de la gravedad del proceso de intoxicación presentado clínicamente por estos niños, fueron trasladados a una clínica, donde fueron ingresados a cuidados intensivos y desafortunadamente fallecieron ese mismo día”, indicó Juan Carlos Mindiola, secretario de Salud del Cesar.
A parte de los estudios de Medicina Legal, hay otros exámenes a cargo del Instituto Nacional de Salud que ayudarán a esclarecer el caso.
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“Activando toda la ruta de atención y previendo las costumbres de nuestros hermanos yukpas con el tema de las necropsias pertinentes para estos niños, fueron tomadas muestra de sangre, materia fecal y otros flujos que los tenemos en custodia”, agregó Mindiola.
A través de un comunicado a la opinión pública, los seis gobernadores del pueblo yukpa solicitaron acompañamiento a todas las entidades del Estado a las que les compete tomar las medidas del caso.
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