Las fuertes lluvias también han causado daños en el departamento del Chocó . Don Patrocinio Córdoba es un habitante de Boraudo que, con nostalgia, narra cómo sobrevivió a la última creciente súbita del río Atrato: “no respetó casa de dos pisos, incluso muchos tuvimos que montarnos al techo, arriba, para podernos salvar. Todo se nos perdió”.
El rostro de este hombre, que nunca había pasado por algo similar, es el reflejo de los 40 mil damnificados que deja la segunda temporada de lluvias en más de la mitad del Chocó .
“Quedamos fue acabados”, manifestó con tristeza.
En otro municipio, Bagadó, las lluvias tampoco cesan. En un albergue provisional, la alcaldía aloja a 20 familias embera katío que se quedaron sin nada.
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“Nuestros hermanos indígenas lo han perdido todo, más de nueve casas de los hermanos indígenas han desaparecido. En la cabecera municipal se ha perdido la transitabilidad”, explicó Carlos Castro, damnificado.
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En Riosucio los estragos del invierno hacen efecto. Las palizadas en el río Truandó están a la orden del día. Así mismo, hay preocupación entre los campesinos de Salaquí, Cacarica, Chintadó y Quiparadó.
Gracias a la solidaridad de los chocoanos, la gestora social del departamento y de Lloró pudieron entregar 300 mercados a las familias de Boraudo.
La Gobernación del Chocó, a través del banco de alimentos en Quibdó, ha dispuesto un centro de acopio donde se reciben las ayudas de quienes se solidarizan con esta emergencia.
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