Los feligreses de la iglesia El Santo Evangelio en el barrio Castilla, en Medellín, no salen de su asombro por la repentina muerte del sacerdote Javier Eduardo González a sus 39 años, quien apareció sin vida en un bar en un bar de la ciudad.
El cuerpo de este religioso fue encontrado en un establecimiento comercial de Laureles. Al parecer, estaba con alguien en ese lugar, quien luego desapareció.
En cámaras de seguridad quedó registrado el camino que recorrió el sacerdote previo a llegar al establecimiento comercial donde horas después fue encontrado sin vida. Fue difícil identificar el cuerpo porque le robaron los documentos.
“Informaban de la presencia de una persona que había fallecido en este lugar. La información preliminar es que esta persona se encontraba en compañía de otro sujeto, quien después de compartir con él en un tiempo determinado se va del lugar”, indicó el coronel José Miranda, subcomandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá.
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“Eso pasa muy seguido en la ciudad de Medellín, festivos, en ferias, que con escopolamina por quitarle las pertenencias o extorsionar a las personas sean asesinadas. Es lamentable esta muerte”, manifestó Luis Guillermo Pardo, experto en seguridad.
El sacerdote era oriundo del departamento de Córdoba, pero desde hacía más de 10 años vivía en Medellín. Su lugar de residencia era el seminario San José.
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“Todos muy conmocionados, era un padre muy carismático, él bautizó mis sobrinos, era muy querido en el barrio”, manifestó Hugo Zapata, habitante del barrio Castilla.
En las próximas horas se adelantarán las honras fúnebres de este hombre que dedicó su vida al servicio de la comunidad.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Seguridad de Medellín, a la fecha han sido asesinadas 31 personas en la capital antioqueña, tres de los casos en hechos relacionados con hurtos. La comuna 10 (Candelaria), zona céntrica de la ciudad es donde se han registrado más homicidios con seis casos y le sigue la comuna 8 (Villa Hermosa) con cinco.
Autoridades anunciaron en la última semana un plan de choque en parques de la ciudad como la Plaza Botero y el Parque Lleras, en El Poblado, donde se llevó a cabo una intervención masiva el fin de semana con miras a mejorar la seguridad.