Diez militares fueron imputados
por los delitos de homicidio agravado, tortura agravada y desaparición forzada tras el asesinato de un campesino de 53 años en zona rural de Santander de Quilichao, en Cauca.
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Según informó Hugo Tovar, director contra violaciones de derechos humanos de la Fiscalía General de la Nación, “uno de los soldados alertó sobre la cercanía del campesino, por lo que sus compañeros lo interceptaron y lo llevaron a la fuerza al campamento. Al parecer, el hombre fue golpeado y amarrado a un árbol mientras era cuestionado sobre su presencia en el lugar”.
Aunque la víctima les dijo a los militares que iba hacia la casa de un familiar, los uniformados, “luego de varias horas del maltrato, habrían asfixiado al agricultor con una cuerda que le pusieron en el cuello. Asimismo, se estableció un presunto pacto de silencio, sepultaron el cuerpo y quemaron la ropa y otras pertenencias de la víctima. Días después los restos fueron exhumados muy cerca del sitio donde sucedió el crimen”, agregó el funcionario.
En un comunicado, las Fuerzas Militares indicaron que “con las acciones penales que cursan en la Fiscalía General de la Nación, el Ejército Nacional adelanta las acciones disciplinarias y administrativas pertinentes; lo anterior, en aras de verificar la presunta responsabilidad del personal militar en dichos hechos”.
Los militares detenidos son: sargento segundo Ricardo Cotera Angulo, cabo tercero Anderson Ordoñez Arenas, los soldados profesionales Luis Hernando Camacho López, Cristian Camilo Anzola, Edison Parra Suárez, Julio César Jiménez Angulo, Cristian Camilo Cuper Hernández, Jhervvint David Morales Montaño, Exnaider Salazar Ramírez y Hebert Alexander Puyo Campo.
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