A medida que pasan las horas en Necoclí, Antioquia , aumenta la llegada de migrantes que esperan ansiosos por pasar a la frontera con Panamá, muchos ya están desesperados por la larga espera.
“Mi día a día, mi diario, vamos a suponer 14 dólares porque yo como, porque de los 10 dólares que yo pago tengo que pagar la comida por aparte. Lo que yo exijo es que deberían buscar una solución de que los tickets no los den a corto plazo”, contó un migrante haitiano.
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Willi es otro migrante de Haití que lleva ocho días esperando con su familia poder salir, dice que la plata se acabó y ahora espera a la orilla de la playa su turno para embarcar.
“Yo tengo cinco personas conmigo, mis tres hijos y mi señora y yo, 8 dólares por día, yo no tengo plata suficiente para pasar el día en casa, por eso cogí la calle hasta el 5 de agosto”, relata Wili.
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Entre muchos migrantes las historias tienen algo en común: dejaron su país en busca de mejores oportunidades.
“En Haití estudio electricidad, pero por la inseguridad me fui a Chile, fui a buscar una vida mejor, ya que en mi país no tengo oportunidad de estudio ni de encontrar un trabajo”, contó Matilus, migrante haitiano.
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Quienes logran zarpar van preparados para atravesar la dura selva del Darién . Una complicada travesía que muchos no logran.
“Los haitianos que ya fueron me dijeron que tengo que comprar sopa, leche y jugo de limón en bolsita y tengo que comprar botas de goma y colchones y tengo que llevar agua. Tengo un poco de miedo porque me dijeron que hay delincuentes en la selva”, dijo el joven.
Ese es el objetivo que tienen todos: a pesar de lo duro de la selva, llegar a puerto seguro donde tengan una mejor esperanza de vida.
Según cifras de la Defensoría del Pueblo, unos 15 mil migrantes esperan luz verde para cruzar a la frontera con Panamá.
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