Migrantes en el Urabá antioqueño piden ayudas humanitarias: "Los niños están enfermos"

Cientos de migrantes viven un verdadero viacrucis en su travesía para atravesar el Tapón del Darién y llegar a Centroamérica. En moto, buses e incluso caminando,se acercan expectantes en búsqueda de un tiquete que les permita continuar su ruta . Entretanto, las autoridades intentan atender el fenómeno.

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Arlene Utrera, una de las personas que atraviesan por este éxodo, asegura que lleva 4 días intentando completar la plata de los pasajes para tomar una lancha que la lleve a Acandí.

“Necesitamos que venga la ONU, necesitamos ayuda, colaboración. Los niños están enfermos, tienen diarrea, no tenemos agua potable, no tenemos un toldo que nos pueda escampar el agua”, señala Utrera.

Desde Turbo, otros claman atención médica y piden al Gobierno nacional interceder por su bienestar.

A primera hora de la mañana se abren las puertas del muelle de Turbo, donde bajo el sol y el agua miles de migrantes esperan poder adquirir el anhelado tiquete.

Muchos desconocen a qué se enfrentarán y otros simplemente se encomiendan a Dios para ingresar a una selva calificada por muchos como sin retorno. Después de pasar por el Urabá antioqueño, el paso siguiente es arribar a Chocó, con el fin de llegar a Panamá.

El impacto de este fenómeno también lo han sentido los locales, quienes denuncian excesos de basura, altos índices de inseguridad y mayor desempleo.

En otros puntos del Urabá, como Apartadó, casi 4.000 migrantes de paso se concentran en cambuches improvisados en la calle.

Ante esto, la secretaría de Gobierno del municipio aseguró que se vienen adelantando diferentes trabajos para garantizar los derechos humanos de dichos migrantes y que de la mano con Migración Colombia se está revisando cómo va a ser el paso en la frontera.

Por su parte, las autoridades panameñas toman medidas para frenar a los migrantes irregulares que a diario cruzan por la selva del Darién.

Autoridades aseguran que, tan solo en agosto de 2023, más de 60.000 personas atravesaron el Tapón del Darién hasta su territorio.

La subdirectora de Migración en Panamá resaltó que habían llegado a un límite insostenible en la frontera con Colombia, por lo cual se plantearon ideas como cerrar el paso por la selva.

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