En medio de operaciones de control y registro, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) se tomó en simultáneo 124 centros penitenciarios en todo el país.
El instituto continúa con la estrategia de lucha contra la corrupción; por ello, uniformados intervinieron al tiempo 124 cárceles. En los registros se encontraron elementos tecnológicos, estupefacientes, armas fabricadas de forma artesanal e incluso sumas de dinero en efectivo.
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Hallazgos del Inpec en las cárceles
Dentro de los objetos prohibidos encontrados en poder de algunos reclusos, el Inpec reportó los siguientes:
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Tecnología
- 1.078 celulares
- 2.263 accesorios para celular
- 475 simcard's
- 15 módem WIFI
Estupefacientes
- 18 kilos 885 gramos de estupefacientes
Armas
- 720 armas de fabricación artesanal
Dinero
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- Un millón de pesos colombianos
El Inpec aseguró que estos resultados fueron el producto de la revisión y registro de 146 pabellones y/o patios. En las operaciones participaron 3.165 funcionarios del cuerpo de Custodia y Vigilancia del instituto. En total, se logró el registro de 23.845 personas privadas de la libertad en las prisiones del país.
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Una caleta en la cárcel de Santa Rosa de Cabal
Durante las revisiones a nivel nacional, hubo una que llamó la atención de los uniformados. En el centro penitenciario de Santa Rosa de Cabal, en el departamento de Risaralda, se encontró una caleta con varios elementos prohibidos.
De acuerdo con la información recopilada por el diario El Tiempo, el teniente coronel Daniel Gutiérrez, director del Inpec, aseguró que en el transcurso de este año se han capturado a 73 funcionarios de la entidad señalados de haber estado involucrados en actos ilegales en diferentes centros carcelarios del país.
Recientemente hubo otra operación de control y revisión en la cárcel La Picota, en Bogotá. Durante las incautaciones se logró la captura de 15 personas que habrían estado involucradas en la distribución ilegal de bebidas embriagantes y estupefacientes en las prisiones.
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Según el citado medio, siete de estas personas son guardias activos del instituto penitenciario y los ocho restantes, al parecer, son familiares de varios reos que hacían parte del negocio de venta dentro de las cárceles.
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