Una mujer fue capturada en Bogotá cuando pretendía robar a un médico al cual engatusó por redes sociales. Luego de una invitación a salir terminó en su casa, pero en lugar de una velada romántica el hombre acabó drogado.
La sospechosa pretendía salir del conjunto donde reside su víctima y fue interceptada por los guardas de seguridad, quienes vieron movimientos sospechosos en esta persona. Llamaron a la Policía, que se hizo presente, ingresó al inmueble y verificó que por poco comete el millonario hurto.
Las autoridades la detuvieron, la llevaron a la URI de Paloquemao y está siendo procesada, al tiempo que intentan averiguar si la sospechosa actúa con otras personas que le ayudan a cometer las fechorías.
Expertos insisten en desconfiar de las personas que conoce a través de redes o de aplicaciones.
Ojo con Las Bandidas en Bogotá: conquistan, drogan y roban
Una modalidad de hurto similar, que involucra a mujeres voluptuosas que drogan para robar, se presentó recientemente en el sur de Bogotá, específicamente en el sector de la Primero de Mayo.
Publicidad
La esposa de una de las víctimas asegura que su pareja, después de la noche de copas, “llega sobre el mediodía en un taxi. Llegó en muy mal estado, con golpes en la cara, tiene golpes en las rodillas, en una pierna. No sabía de dónde era vecino. Los hechos supuestamente sucedieron en el sector de Plaza de las Américas, pero el taxista que lo llevó lo recoge en Centro Mayor”, indicó la señora Milderc García.
Según le contó el afectado, dos mujeres lo sacaron de uno de los bares. Luego de entregar todas sus tarjetas y dinero terminó en el hospital.
Publicidad
“Las dos mujeres lo sacan, pero él dice que ahí sucede algo porque él no coge hacia su casa, pero se sentía muy mareado. Lo suben a un carro y él dice que no se acuerda de más, ya después dice es que lo golpean. Ponían el dedo en el teléfono celular y le decían ‘necesitamos la clave para hacer la transferencia de la plata que no está debiendo del trago’”, agregó la mujer.
Las Bandidas, además de agresivas, le hicieron entender a su víctima que el dinero que tenía que sacar de sus cuentas era para pagar las deudas de licor.
Según Milderc, a su esposo “le revisamos los bolsillos, no tenía papeles, le habían hurtado el celular, una plata que llevaba en efectivo, las tarjetas de crédito. Empezamos a llamar a los bancos y le habían desocupado las cuentas”.