Mataron a sacerdote de la Diócesis de Ocaña, Norte de Santander: lo apuñalaron

El sacerdote Ramón Montejo, de 45 años de edad y miembro destacado de la Diócesis de Ocaña, Norte de Santander, fue asesinado en el barrio Jesús Cautivo de Ocaña, en medio de una aparente robo.

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El homicidio del sacerdote ocurrió hacia las doce del mediodía de este martes, 4 de junio de 2024, y fue perpetrado por dos ladrones armados, quienes abordaron al cura mientras se preparaba para dirigirse a su labor pastoral en el corregimiento Buenavista.

El presbítero Ramón Montejo, quien habría forcejeado con los bandidos, fue apuñalado por los delincuentes, quienes se montaron al vehículo del religioso y luego lo arrollaron.

Horas después del crimen, la camioneta fue encontrada en el barrio San Fermín.

Posteriormente, la Policía por medio de un plan candado, logró la captura de uno de los presuntos responsables del homicidio del cura y sigue adelantando las labores del caso para hallar a más personas que podrían estar implicadas en el crimen.

¿Quién era el sacerdote?

El padre Ramón Arturo Montejo, oriundo de Teorama, era distinguido en la comunidad, ya que se desempeñaba como párroco en San José de Buenavista y era delegado de la comisión diocesana de reconciliación y paz. Su labor social incluyó la participación en varias liberaciones de secuestrados en la región del Catatumbo.

Según un comunicado de la Diócesis de Ocaña, el sacerdote también estaba vinculado al mecanismo de monitoreo y verificación de la Mesa de Paz.

Además, denunciaron este trágico incidente, por ser un crimen que "atenta contra la dignidad humana y socava los procesos de construcción de paz en el territorio".

El monseñor Jorge Alberto Ossa Soto, arzobispo de Nueva Pamplona y administrador apostólico de la Diócesis de Ocaña, condenó la violencia irracional que "cobró la vida de un sacerdote dedicado a promover la paz y el amor" y expresó su profundo dolor tras el asesinato del padre.

"Rechazamos categóricamente este acto de barbarie que atenta no solo contra la vida de un ser humano, sino también contra los principios fundamentales de convivencia y humanidad", afirmó.

Los obispos del país han expresado su solidaridad y esperanza en la resurrección y la vida eterna, y confían en que "el padre Ramón se encuentra ahora en la presencia del Señor".

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