El atentado al CAI de Arborizadora Alta , en el sur de Bogotá, dejó otras víctimas: siete perros callejeros que huyeron despavoridos tras la explosión. Tigre, Laura, Mono, Cabezón y Negra no han regresado.
“Aquí con los del CAI se hace la recolecta y se les compra el bulto (de comida). La rectora del colegio Sabio Caldas también dona un bulto mensual”, dice María Domínguez, una habitante de la zona que ha estado reconstruyendo las casas de madera de las mascotas.
Como se evidencia en las imágenes del atentado al CAI de Arborizadora Alta, los perros huyeron despavoridos, sin rumbo alguno, y hasta el momento solo dos de ellos han vuelto: Bruno y Orejas.
La comunidad y los policías esperan que poco a poco los animales regresen como ya lo hicieron hace algunos meses, cuando manos criminales intentaron quemar el CAI en medio de protestas.