“En otros países al menos el salario mínimo es decente, en cambio, acá en Colombia es algo anormalmente injusto. No dejaría mi carrera porque ya la estoy cursando, pero apenas la termine sí me iría, así sea a lavar platos”, comenta a Caracol Ahora un joven desde las calles de Bogotá.
Las Naciones Unidas afirman que desde la antigüedad los humanos han sido seres en constantes tránsitos. La realidad es que en los últimos meses muchos de los colombianos han manifestado de manera general sus deseos migratorios a otros países, ya sea en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales o por la necesidad de ingresos que permitan cumplir con la satisfacción de sus necesidades básicas.
Un reporte del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), informó que la ola migratoria que comenzó en 2021 hizo que más de medio millón de colombianos tomarán la decisión de buscar oportunidades en otros países. Las cifras son un llamado de atención, ya que se muestra un aumento de 2,7 veces el promedio anual desde 2012.
Pero, ¿Qué está impulsando a los colombianos a irse? María Teresa Palacios, docente y directora del Grupo de Investigación en Derechos Humanos de la Universidad del Rosario, comenta que los análisis aún pueden ser especulativos, debido a que se requieren estudios a mayor profundidad.
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Desde su perspectiva, en comparativo con lo que sucedía en los años 90, donde teníamos una crisis económica fuerte pero no un volumen migratorio tan marcado, uno de los factores determinantes han sido las experiencias de esos jóvenes que tomaron el riesgo a finales del siglo pasado, ya que mostró que las oportunidades laborales, educativas y de incorporación al mercado laboral fueron positivos, corroborado por el pequeño porcentaje de procesos de retorno.
El grupo poblacional que más está migrando son las personas entre los 18 y 29 años (25%), seguidos por aquellos entre los 20 y 40 años (23%) y menores de edad (19%). Frente a esto, Palacios asegura que esto puede deberse a que “la juventud está buscando muchas más oportunidades de las que el país está brindando, no solamente en términos de educación, sino en términos de incorporación laboral”.
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El alto costo de la educación superior en nuestro país es uno de los aspectos a considerar, debido a que mucha de la oferta en ella es ofrecida por privados, ya que el alcance de la educación pública no logra abarcar a muchas de las personas de que desean continuar sus procesos de aprendizaje después del colegio.
“Esto nos lleva a la reflexión de que los jóvenes quieren retribuirse de su esfuerzo, no solamente económico y familiar, sino también de esfuerzo personal. Es un tema de fuga de cerebros, lo que significa que nuestra población joven, más productiva, con mayores posibilidades de educarse y generar el desarrollo del país, están buscando mejores horizontes en otras partes porque ven allí mejor retribuido ese esfuerzo”, agrega la docente.
Otra de las especulaciones que toman fuerza está relacionada con la devaluación acelerada de peso colombiano, ya que la falta de poder adquisitivo y que las remesas que provienen del exterior pueden ser en dólares o euros, significan un salvavidas económico para las familias que residen en el país y las reciben.
A pesar de estas percepciones generales y los informes, Fernando García Manosalva, director general de Migración Colombia, aseguró que el 87% de colombianos que salieron del país en 2022 lo hicieron por turismo (62,5%) y porque residen en el exterior (24,3%), enfatizando que “basarse en la diferencia entre entradas y salidas que reflejan los flujos migratorios para afirmar que esos registros corresponden a personas que no van a regresar al país es incorrecto y especulativo”.
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