Aunque el denominado paro armado del ELN se levantó en el Chocó, la región del San Juan sigue en crisis y más de dos mil familias se han quedado sin qué comer.
La región parece vivir una película de violencia sin fin. En 2023 se han presentado más de cuatro paros armados por parte de grupos armados ilegales como el ELN y el Clan del Golfo. El más reciente fue levantado este lunes, 4 de diciembre de 2023, por la guerrilla que está en negociaciones de paz con el gobierno del presidente Gustavo Petro.
De acuerdo con Naciones Unidas, este último paro armado dejó a 2.147 familias del Alto Baudó en riesgo alimentario y a otras 9.000, en riesgo por el accionar de grupos armados ilegales.
La Iglesia católica ya empezó a entregar ayudas. Se trata de “200 mercados a las comunidades más afectadas de Doidó, Puerto Murillo, Noanamá y de Negría. A través de este gesto, queremos que muchos se nos sumen”, expresó monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Quibdó, capital del Chocó.
Además de la ayuda, la Iglesia católica hizo un llamado a los grupos armados a demostrar su voluntad de paz: “El llamado es tanto para el ELN como las AGC, las disidencias de las FARC y todos estos grupos, para que entremos todos en una sintonía de diálogo”.
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Los paros armados decretados en Chocó son, a juicio de expertos, una forma de los grupos armados ilegales para controlar la zona.
“En el departamento del Chocó se desarrollan diferentes economías ilegales, entre ellas están la tala ilegal que funciona como una ruta para el comercio de narcotráfico hacia el océano Pacífico y el mercado trasnacional de esta droga”, manifestó Francisco Daza, coordinador de Paz y posconflicto de la Fundación Pares.
Organismos humanitarios y la Iglesia católica piden a los grupos armados y al Gobierno avanzar en alivios para las comunidades afectadas.
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