Por medio de una carta, el exjefeparamilitar Salvatore Mancuso
se refirió al hallazgo de los hornos crematorios en el municipio de Juan Frío, región del Catatumbo, en el que los paramilitares habrían incinerado a decenas de víctimas.
Señaló Mancuso que esta situación es fruto de una cooperación judicial y extrajudicial reciente de excombatientes con entidades como la Jurisdicción Especial para la Paz.
En las líneas, el exjefe de las asesinas y sangrientas AUC agrega que se hace necesaria la implementación de un modelo alternativo que permita a los excomandantes y máximos responsables materiales de estos crímenes participar en procesos de búsqueda de la verdad con "perspectiva restaurativa".
Esto significa, según palabras de Mancuso, “participación activa en la identificación, búsqueda, recuperación y entre de las víctimas a sus seres queridos. Lo contrario a ello son heridas incesantemente abiertas nunca sanadas, víctimas esperando explicaciones, arrepentimientos y pedidos de perdón, y un sistema penitenciario anacrónico que no repara, no resocializa, ni reconcilia, dirigido al castigo, no a la redención”.
El 14 de agosto el presidente Gustavo Petro firmó el decreto que designaba a Salvatore Mancuso como gestor de paz. El Gobierno estableció que, bajo esta figura, podrá contribuir, “con su conocimiento y experiencia, al diseño de procesos de desarme colectivo de los grupos ilegales que actúan en todo el territorio nacional, priorizando las zonas donde ejerció su actividad criminal”.
Los hornos de Juan Frío, otro sinónimo de la barbarie
La unidad de búsqueda de personas desaparecidas halló enterrado uno de los hornos de Juan Frío, caserío del municipio de Villa del Rosario, frontera con San Antonio del Táchira, Venezuela. El mismo habría sido usado por paramilitares para incinerar a sus víctimas.
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Fueron las pistas e información reservada las que, con el transcurso de los años, llevaron a los forenses al lugar donde excavaron un metro para sacar el trapiche panelero construido desde 1960.
“Esta área puntualmente se ha conocido como los hornos de Juan Frío, particularmente el área donde estamos trabajando actualmente, que corresponde a lo que fue un antiguo trapiche, las ruinas de lo que corresponde a este antiguo trapiche para el procesamiento de lo que tiene que ver con la panela y que posiblemente fue utilizado y adecuado por actores armados para incinerar cuerpos de personas que fueron previamente desaparecidas”, señaló Marlos Sánchez, antropólogo de la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas.
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El horno de Juan Frío estaba prácticamente destruido, pero tiene un inmenso valor forense para la búsqueda de estructuras óseas, pues se puede contrastar “con los posibles modos de disponer cuerpos allí. Estamos, a la vez que hacemos la reconstrucción del escenario, documentando la posibilidad de que sí es cierta la información que corresponde a este escenario como último escenario para incinerar cuerpos”, precisó el experto.