Una banda dedicada a la venta de medicamentos adulterados y vencidos fue desarticulada en Colombia. La estructura operaba con la fachada de ser una distribuidora, que comercializaba los productos en departamentos como Valle del Cauca, Antioquia y Chocó , incluso en Bogotá .
“Los investigadores determinaron que era una falsa distribuidora, a través de esta distribuidora desarrollaron una gran red para conseguir y adquirir los medicamentos. Esta red operaba en Buenaventura y en Tuluá”, dijo el general Gustavo Franco, director de la Policía Fiscal y Aduanera.
Y es que en esas ciudades, así como en Bogotá, Medellín y Quibdó, la red tenía varias droguerías que utilizaban para vender a los ciudadanos medicamentos adulterados o vencidos.
“Medicamentos que eran hurtados en las IPS y en las EPS, que no tenían registro del Invima. Inclusive, encontramos medicamentos que eran de control del Fondo Nacional de Estupefacientes y esa red lo que hacía era llevarlos a una droguería en Buenaventura y, a través de esta, se hacía la distribución al Chocó y al departamento de Nariño”, anotó el oficial.
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Pero no solo robaban los medicamentos a las EPS y a las IPS. También, se los compraban a personas ubicadas en las filas que se hacen en las calles, frente a los sitios de distribución de medicamentos de las entidades prestadoras de salud.
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Por el medicamento que daban gratis a los usuarios y costaba $1.000.000 en el mercado legal, los criminales le daban al paciente $500.000 y luego lo llevaban a la misma EPS a venderlo por $2.000.000.
“Dependiendo, si era hurtado o si era vencido, eso tenía un valor diferente, pero, cuando lo llevaban a la droguería, se vendía al precio que normalmente lo vende la droguería. Por lo tanto, tenían unas ganancias superiores”, sostuvo el general Franco.
El oficial aseguró que esos medicamentos terminaban envenenando a los usuarios.
“Cuando se le suministraban a los pacientes, que esperaban un paliativo o un efecto para mejorar en su condición de salud, lo que hacían era afectarla”, señaló.
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De manera, el jefe de la banda lograba ganancias anuales por cerca de diez mil millones de pesos, que invertía en lujosas propiedades.
Incluso uno de los integrantes de la estructura criminal fue capturado en una casa donde se halló una caleta con medicamentos vencidos y adulterados. Estaban escondidos entre las tejas del inmueble y se encontraban listos para llevar a las droguerías.
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“La incautación de más de 400.000 medicamentos ilegales, algunos institucionales, otros de uso restrictivo para enfermedades crónicas y suplementos dietarios que son las que más se comercializan”, aseveró Roy Galindo, secretario general del Invima.
En total fueron capturados seis miembros de la banda en este primer ciclo de una operación llamada Eslabón.