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Los falsos positivos fueron una monstruosidad, afirma Francisco de Roux

Con solo cien víctimas se habría exigido “el cambio de un Ejército”, pero fueron miles, dijo el jefe de la Comisión de la Verdad, quien cuestionó al Congreso y las altas cortes por no haber intervenido.

Los falsos positivos fueron una monstruosidad, afirma Francisco de Roux

Durante la entrega del informe final de la Comisión de la Verdad, Francisco de Roux habló de los falsos positivos, “el nombre que les dieron las mamás, hermanas y hermanos a los jóvenes asesinados por miembros del Ejército, donde todo fue falso: la oferta de trabajo, el combate fingido, las botas de guerrilleros que les pusieron, el dictamen de Fiscalía como muertos en combate y la decisión de la justicia militar para encubrirlos”.

Según el sacerdote, “si hubieran sido diez sería gravísimo. Si hubieran sido cien sería para exigir el cambio de un Ejército. Fueron miles y es una monstruosidad. La JEP hizo público el número 6.402, que se volvió consigna en los murales callejeros”.

De Roux sostuvo que los falsos positivos “se podían detener, como lo hicieron los subordinados que se negaron a disparar; se podían condenar, como lo hicieron los dos jueces que tuvieron que salir al exilio”.

“Pero se trataba de un comportamiento corporativo persistente, como se evidenció cuando los falsos positivos se dieron de una, el día en que el presidente y el ministro sacaron de la institución a 26 militares, tres de ellos generales, y otros diez, dos o tres meses después”, agregó.

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El jefe de la Comisión de la Verdad preguntó por qué no detuvieron esa práctica “cuando eran tantas las denuncias. De haberlo hecho, se hubiesen evitado cientos de crímenes”.

Destacó que “soldados y comandantes han reconocido el crimen, pedido perdón, y la Comisión pide al Estado protección para estos hombres arrepentidos y veraces”.

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Sin embargo, sostuvo que “el daño causado por este crimen de Estado a la ética pública de la nación es inconmensurable y tiene un efecto devastador en los niños y jóvenes de Colombia: militares de alto rango del Ejército y mandos medios, funcionarios del Estado, violaron la ley, mostraron como positivo públicamente y durante varios años lo que era execrable. Lo hicieron varios miles de veces, presentaron como triunfo lo que era intrínsecamente perverso y ese daño moral a la nación vulnera la legitimidad social de toda la fuerza pública; para dolor al mismo tiempo de muchos hombres y mujeres de integridad moral que ponen su honor en ser miembros del Ejército”.

De Roux también resaltó la declaración del expresidente Juan Manuel Santos, “quien fuera el ministro de Defensa desde finales del 2006 hasta finales del 2008. Vino a la Comisión a contribuir a la verdad y su presentación se centró a fondo en los falsos positivos para concluir pidiendo perdón a todas las familias y a Colombia, e invitó a las Fuerzas Militares a pedir perdón a la comunidad nacional e internacional”.

Pero sostuvo que “la cuestión de fondo la ponen las mamás: ¿Quién dio la orden? Las preguntas son ineludibles: ¿Por qué los mayores responsables dentro del Ejército no actuaron a tiempo? ¿Por qué no han hablado ante las víctimas y ante la nación como cuerpo para reconocerlo? ¿Por qué se llegó a tanta barbaridad? ¿Por qué las otras instancias del Estado -el Congreso, las altas cortes- no intervinieron?

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