Después del partido de Colombia y Ecuador, un hombre fue sorprendido en el barrio Nicolás de Federmán, en Bogotá, conduciendo borracho. La Policía Metropolitana notó algo raro, le cerró el paso y, luego de hacerle la prueba de alcoholemia, descubrió que manejaba con grado 3.
En medio del procedimiento, realizado en la localidad de Teusaquillo, el hombre sacó en cara que era ingeniero y que supuestamente trabajaba para una importante entidad del Gobierno.
Nada de eso sirvió como excusa y fue llevado a la estación de Policía para recibir la multa por conducir en esta de embriaguez y poner en peligro la vida de otros actores viales.
Conducir borracho es como llevar la muerte sobre ruedas. El 28 de julio de este año una mujer que trabajaba como auxiliar de tráfico en una obra vial que se llevaba a cabo en el norte de Bogotá murió al ser embestida .
“Se la llevó con todo”, manifestó uno de los compañeros de la víctima, que fue identificada como Cielo Alvarado, madre de dos hijos y residente de la localidad de Suba.
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Otros testigos del accidente en Bogotá aseguraron que el conductor ignoró la señalización que hacía la señora y se la llevó por delante. Además de estar aparentemente ebrio conducía a alta velocidad, señalaron.
“Ella llevaba mucho tiempo con nosotros, llevaba como un año y dos meses. Una compañera que con nadie se metía, a todos nos colaboraba”, recordó otro contratista de la obra, que no se explica cómo su colega falleció prestando un servicio.
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Aunque la primera prueba de alcoholimetría arrojó grado 3, el conductor fue trasladado a Medicina Legal para realizar el examen de sangre y determinar qué tanto alcohol habría ingerido antes de causar el mortal accidente.