Armando Acuña y Luis Eladio Pérez son dos de los miles de relatos que escuchará la justicia especial. Tienen en común el dolor y el deseo de saber la verdad.
Las cadenas estuvieron 22 meses sobre el cuello de Armando Acuña que, el 29 mayo de 2009, siendo concejal de Garzón, Huila, fue secuestrado por la columna Teófilo Forero de la FARC.
Su historia, contada por primera vez ante la JEP, es testimonio vivo de la crudeza de los secuestros perpetrados por la guerrilla de las FARC durante los 50 años de conflicto. Un delito que a este hombre estuvo a punto de arrebatarle la cordura.
“Lo más duro del secuestro es cuando le colocan a uno las cadenas, la humillación. No hablan con uno. Recuerdo que, como el tercer mes, le dije al que mandaba el grupo que por favor al menos el saludo o si no me iba volver loco. Nadie le habla uno”, contó Acuña.
Su versión, hasta hoy anónima, es como las miles que ha conocido la JEP desde su creación en el afán de llegar a la verdad de las huellas imborrables que dejó la guerra.
"Nosotros contrastamos lo que tiene el Estado, lo que nos dicen las víctimas y lo que nos dice la guerrilla. Cuando hay coincidencias consideramos que es verdad. En lo que no coincida practicaremos pruebas para ver a qué se debe y llegar a una conclusión. A quién le creemos, mejor dicho", explica Julieta Lemaitre, magistrada de la JEP.
La voz de esta víctima es como la de miles de personas que sufrieron este flagelo y que no fueron escuchadas a pesar del tormento que sufrieron en las selvas colombianas y que a muchos, como a Armando Acuña, les dejó lecciones.
Pero su secuestro, más allá de ser un claro reflejo del drama y las aberraciones del conflicto armado en el país, es un testimonio de reconciliación.
“Ojalá la gente entienda que la guerra no tiene cabida y no tiene por qué tener más cabida en este país de ninguna manera. Si bien no se ha cerrado las brechas de tanta desigualdad, tenemos que buscar el camino de la concertación y que se siga construyendo paz para bien de las futuras generaciones”, resume el exconcejal.
A las víctimas no solo las atormenta la necesidad innegable de la reconciliación del país, sino otras verdades que aún no se conocen.
"Para algunas personas el no tener respuestas a estas preguntas les impide seguir adelante. Algunas personas piensan que fueron secuestradas por instigación de enemigos políticos, o de enemigos al interior de una empresa o de familiares y quieren saber si eso fue así o no”, explica la magistrada Lemaitre.
El relato dramático de Acuña se cruza y se complementa con el de otros secuestrados que revelaron al mundo el trato inhumano que vivieron durante años a manos de las FARC. Uno de ellos es Luis Eladio Pérez, quien intentó huir de su secuestro sin éxito.
"Nos entregamos nuevamente a la guerrilla. El castigo fue encadenarnos desde ese día hasta el último día de secuestro, como animales a los árboles. Lo sacaban a uno a hacer sus necesidades como a los perros, al parque o a una zona verde. Nos quitaron las botas como castigo y estuvimos tiempo sin botas, descalzos en la selva", dice Pérez.
Para él fueron años de tortura que se sumaron al inclemente clima de la selva donde permanecieron soportando el frío, el hambre y las amenazas propias de la zona.
“Lo único que nos daban eran dos plásticos, uno para poner en el suelo y un plástico en el techo. Esa era la casa, la casa para la lluvia; mojados, vueltos nada, acostados en el suelo. Las culebras, todo tipo de insectos, animales, arañas, cuando usted se pueda imaginar”, agrega Pérez.
El relato de las víctimas es uno. Ahora la JEP espera el de las FARC. Ya recibió algunas declaraciones voluntarias, pero ahora esperan una colectiva de quienes fueron los miembros de ese grupo.
Y una verdad que esperan es el alcance de la participación de terceros en uno de los delitos más atroces cometido por la entonces guerrilla.
"Para esto les hemos trasladado un temario de temas que le interesan a la sala, muchos de estos temas vienen de lo que las víctimas nos piden. Por ejemplo, les preguntamos qué tan común era que hubiera terceros involucrados en el secuestro, por ejemplo vendiendo información sobre las finanzas o determinadores", agrega la jurista Lemaitre.
Los testimonios son muchos y abarcan una realidad dolorosa para el país, la del secuestro. Sin embargo, para la JEP será difícil la reconstrucción total de los cientos de casos que han llegado a sus manos.
Updated: junio 12, 2019 05:37 a. m.