Un menor de edad falleció en Tunja, capital de Boyacá, y sus amigos decidieron hacerle una despedida en una cancha de microfútbol. Bajaron el ataúd de la carroza y lo pusieron en el campo de juego.
Según las autoridades, ocurrió cuando iban de camino al cementerio. Los jóvenes hicieron una parada en el lugar, bajaron el ataúd y decidieron celebrar un último gol con su amigo.
Como muestran las imágenes, se irrespetaron las medidas de distanciamiento social que se sugieren para evitar el contagio de coronavirus en época de pandemia.
Desde la funeraria encargada de las exequias del adolescente manifestaron que sus funcionarios fueron víctimas de agresiones verbales e intimidaciones y no tuvieron más opción que dejar bajar el féretro.
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No obstante, dos conductores de la empresa fueron sancionados.
“La presencia de la Policía ayudó a que se reestableciera el orden y continuar el protocolo respectivo de la inhumación. Estamos ubicando a los padres de familia de los adolescentes para aplicar las medidas administrativas”, indicó el coronel Henry Bello, comandante (e) de la Policía Metropolitana de Tunja, sobre esta insólita historia
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